miércoles, 3 de junio de 2015

Incontinencia urinaria: un problema silencioso


Por Rosa Sánchez González

En ocasiones, cuando realizamos la historia a los pacientes, nos comentan la pérdida de control de su vejiga (lo que llamamos “incontinencia urinaria”, IU), hecho que, si el paciente no lo comenta, puede pasar desapercibido a los profesionales sanitarios.

Los síntomas pueden variar desde una fuga de orina leve hasta la salida abundante e incontrolada de la misma. La IU no es una enfermedad en sentido estricto, sino un síntoma, es decir una señal de que algo no funciona correctamente.

Puede ocurrir tanto a hombres como a mujeres, aunque el porcentaje en estas últimas es mucho más importante: se estima que el 25% de las mujeres de mediana edad presentan alguna forma de IU, aumentando este porcentaje cuando se relaciona con los partos. En los hombres la IU se relaciona con los problemas prostáticos.

En definitiva, la IU presenta una importante prevalencia en la población general, afectando significativamente a la vida de quienes la padecen, y creando un impacto higiénico, social y psíquico, por lo que constituye un verdadero problema de salud pública, a menudo infra-diagnosticado.

Un poco de anatomía...


Para comprender mejor este problema, hablemos un poco del sistema urinario. El sistema urinario humano es un conjunto de órganos encargados de la producción de orina mediante la cual se eliminan los desechos nitrogenados del metabolismo (urea, creatinina y ácido úrico). El sistema se compone de estructuras que filtran los fluidos corporales y un sistema de evacuación. Por tanto, el aparato urinario humano se compone, fundamentalmente, de dos partes que son:

  • Los órganos secretores: los riñones, que producen la orina y desempeñan otras funciones.
  • La vía excretora, que recoge la orina para expulsarla al exterior.


Los desechos llegan hasta los riñones (que son los órganos encargados de sustraer estas sustancias innecesarias), como parte del proceso de nutrición, el cual es necesario para adquirir energía. Estas sustancias son llevadas por la arteria renal hasta los riñones, los cuales se encargan de crear la orina, con ayuda de las nefronas (células filtrantes).

La vía excretora incluye un conjunto de conductos que son:
  • Los uréteres que conducen la orina desde los riñones a la vejiga urinaria.
  • La vejiga urinaria es una bolsa muscular y elástica en la que se acumula la orina antes de ser expulsada al exterior. En el extremo inferior tiene un músculo circular llamado esfínter, que se abre y cierra para controlar la micción (el acto de orinar).
  • La uretra es un conducto que transporta la orina desde la vejiga hasta el exterior. En su parte inferior presenta el esfínter uretral, por lo que se puede resistir el deseo de orinar. La salida de la orina al exterior se produce por el reflejo de micción.


La IU es consecuencia de algún tipo de disfunción que impide un funcionamiento correcto de los esfínteres, principalmente la relajación de los músculos del llamado suelo pélvico, un grupo de músculos elásticos que tienen la misión de soportar las vísceras pélvicas: vejiga, recto, y además en las mujeres, vagina y útero.


Causas de la incontinencia




Las causas pueden ser variadas, según sexos:

  • En las mujeres maternidad y menopausia
  • En los hombres problemas prostáticos

Y, en general:

  • Sobrepeso
  • Problemas médicos (infarto cerebral, demencia o diabetes)
  • Daños neurológicos (Parkinson, Alzheimer)
  • Medicación (diuréticos)
  • Infecciones de orina (producen hipersensibilidad de la vejiga)
  • Daños cerebrales, que afectan a la comunicación entre el cerebro y la vejiga.


Tipos de incontinencia urinaria


Por otro lado, existen varios tipos de IU y una misma persona puede presentar distintos tipos de incontinencia a la vez.

  • INCONTINENCIA URINARIA DE URGENCIATambién conocida como "vejiga hiperactiva", es la urgente necesidad repentina de orinar e intenso deseo miccional, produciéndose muchas veces incapacidad de llegar al baño a tiempo.Se produce al perder cantidades de orina en momentos imprevistos, tales como al dormir, después de beber una pequeña cantidad de agua, o cuando se toca el agua o se escucha correr (como al lavar los platos). Algunas personas experimentan las pérdidas de orina simplemente al cambiar la posición del cuerpo (por ejemplo al levantarse de la cama). La vejiga hiperactiva también se asocia con accidentes cerebrovasculares, esclerosis múltiple y lesiones en la médula espinal. Este tipo de IU representa entre 25 y 30 % de los casos. Por lo general, ocurre por una contracción involuntaria de la vejiga que puede causar un aumento en la frecuencia de la micción o producir también incontinencia de urgencia.
  • INCONTINENCIA URINARIA DE ESFUERZO (o estrés): La IU por esfuerzo o de estrés es la causa más común de pérdida de orina, representa más del 50 % de los casos. Ocurre especialmente en mujeres que han sufrido un parto vaginal, o como consecuencia de cambios hormonales después de la menopausia. Ocurre ocasionalmente en los hombres, sobre todo como resultado de una operación de la próstata. Se produce cuando se pierde orina durante actividades como: caminar, hacer ejercicios aeróbicos o incluso estornudar y toser. La mayor presión abdominal asociada con estos eventos hace que la orina se escape. Los músculos del piso de la pelvis, que dan soporte a la vejiga y a la uretra, pueden estar debilitados, y de esta manera impiden que los músculos del esfínter funcionen correctamente. Esto también puede ocurrir si los músculos del esfínter en sí están debilitados o dañados a causa de traumatismos quirúrgicos o de partos previos. Las mujeres en la menopausia también pueden sufrir de pequeñas cantidades de pérdida de orina como resultado de los menores niveles de estrógeno.
  • INCONTINENCIA URINARIA MIXTA:  Es una combinación de distintos tipos de incontinencia. La más frecuente es cuando la incontinencia de esfuerzo y la de urgencia suceden juntas.
  • INCONTINENCIA TRANSITORIA : Este tipo de incontinencia aparece de forma temporal debido a una condición o una infección, que desaparecerá una vez sean tratadas. Puede ser provocada por medicamentos, infecciones de las vías urinarias, disfunciones mentales, movilidad limitada, e impactación fecal (estreñimiento grave).  
  • INCONTINENCIA URINARIA POR REBOSAMIENTO: Se produce al perder pequeñas cantidades de orina porque la vejiga está siempre llena. En esta condición, la vejiga nunca se vacía por completo; puede ocurrir una pérdida de orina en momentos inapropiados, de forma continua y sin darse uno cuenta. En los hombres, esto se debe frecuentemente a un crecimiento de la próstata que bloquea por obstrucción el chorro de la orina o a los que han sido sometidos a alguna cirugía o tienen problemas de próstata. Un músculo débil de la vejiga puede provocar también un vaciado deficiente. La incontinencia por rebosamiento es infrecuente en las mujeres. 
  • INCONTINENCIA FUNCIONAL: Se produce cuando no se es capaz de llegar al baño a tiempo por no poder responder de forma apropiada a la sensación de deseo de orinar como consecuencia de una discapacidad física o mental, falta de destreza o incluso un mal diseño del edificio. Por ejemplo, puede que una persona que padece la enfermedad de Alzheimer sea incapaz de planear una visita al baño a tiempo para orinar, o una persona en silla de ruedas puede estar obstruida y no llegar al baño a tiempo.Además de las anteriores, también es una forma de IU la “ENURESIS”, típica de los niños, que es la persistencia de micciones incontroladas más allá de la edad en la que se alcanza el control de la vejiga (4-6 años como edad extrema). Según al momento del día de su manifestación puede ser Diurna y Nocturna (la más frecuente). Según el control de la micción, se distingue entre Primaria: cuando el niño no ha llegado a controlar la micción durante un periodo continuado de al menos 6 meses (el 80% de las enuresis son de este tipo) y Secundaria: cuando ha existido un periodo previo de control de la vejiga.El esquema siguiente muestra la distribución de la ocurrencia de los distintos tipos de IU reseñados: 


Cuidados de Enfermería para la IU


Además de los tratamientos médicos y farmacológicos indicados según la naturaleza de la IU que padece un paciente, desde la consulta de enfermería de tu Centro de Salud se colabora en la mejora de calidad de vida y el pronóstico del problema de incontinencia mediante:
  • Aportando consejos higiénicos-dietéticos
  • Enseñando los Ejercicios de Kegel




Consejos higiénico-dietéticos


Muchos de nuestros hábitos del día a día pueden no ser beneficiosos para el funcionamiento correcto de la vejiga pero podemos mejorarlo con algunas estrategias muy sencillas:

  • Consulte con su profesional médico cuando empiece a tener los primeros síntomas de IU. Siga sus consejos para corregir o controlar la incontinencia.
  • La ingesta adecuada de líquidos es fundamental para el correcto funcionamiento del aparato urinario. Aproximadamente un adulto requiere una ingesta de líquidos de 6-8 vasos al día (aproximadamente de 1 litro y medio a 2 litros), incluyendo todo tipo de bebidas y el agua contenida en los alimentos.
  • Debe limitar la ingesta de líquidos algunas horas antes de dormir.
  • La restricción severa de líquidos para evitar los síntomas de incontinencia, sobre todo en personas mayores, es una práctica que produce un aumento de la concentración de la orina y puede aumentar los síntomas irritativos al orinar por irritación de la vejiga. También favorece la aparición de estreñimiento.
  • El exceso en la ingesta de líquidos produce un empeoramiento de los síntomas de incontinencia.
  • Algunos alimentos y bebidas pueden irritar la vejiga y producir un incremento en la frecuencia e incontinencia de urgencia. Algunas personas observan que al eliminar esos alimentos de su dieta mejoran los síntomas de la vejiga. Destacamos como irritantes: las comidas muy condimentadas, los cítricos y sus zumos, los productos elaborados a base de tomate, los edulcorantes artificiales y las bebidas gaseosas (incluso aquéllas sin cafeína).
  • El alcohol, además de ser un agente irritante para la vejiga, aumenta el riesgo de incontinencia debido a que la urgencia para miccionar puede ser más intensa y difícil de controlar.
  • Las bebidas con cafeína (café, té, bebidas de cola) pueden incrementar la frecuencia urinaria y producir urgencia para orinar. Incluso el café y el té descafeinado generalmente contienen pequeñas cantidades de cafeína. Están disponibles muchas variedades de infusiones de hierbas y bebidas de cereales que pueden sustituir el café. El chocolate contiene cafeína, así como algunos medicamentos que se emplean para aliviar los síntomas de dolor de cabeza, sinusitis o alergias.

  • Una de las consecuencias del hábito de fumar es la tos crónica que puede debilitar y dañar el esfínter y derivar en incontinencia. Otra consecuencia de fumar es la irritación de la vejiga por los componentes del tabaco. Por último, aumenta el riesgo de cáncer de la vejiga. Por ello, la aparición repentina de urgencia y frecuencia urinaria o sangre en la orina debe estudiarse sin demora.
  • Tener buenos hábitos de micción significa el uso del cuarto de baño cada 3 a 6 horas de forma regular, con un volumen de orina no superior de 400 a 600 cc y antes de acostarse.
  • Las personas mayores de edad tienen una capacidad vesical un poco más pequeña por lo que las visitas al baño cada 2 a 3 horas son más razonables.
  • La retención consciente de orina como hábito puede con el tiempo derivar en una vejiga hiperdistendida al perder elasticidad y tono con el envejecimiento.
  • Esto puede favorecer la aparición de infecciones y mal vaciamiento de la vejiga.
  • Vaciar la vejiga con demasiada frecuencia puede disminuir a la larga la cantidad de orina que su vejiga puede almacenar sin dificultad.
  • En muchos casos, el entrenamiento de la vejiga contribuye a recuperar un patrón de micción saludable.
  • Tome tiempo para orinar y vaciar la vejiga totalmente.
  • El estreñimiento crónico puede contribuir a problemas de incontinencia, urgencia e incremento en la frecuencia urinaria y un aumento del riesgo de infección del aparato urinario. Intentar incrementar la fibra en la dieta.
  • El exceso de peso se asocia con el aumento de riesgo de incontinencia. El peso excesivo ejerce presión en los músculos del suelo pelviano. La pérdida de peso puede reducir la gravedad de incontinencia o incluso curarla.
  • Si usted tiene incontinencia por esfuerzo, haga los ejercicios de Kegel regularmente.
  • Utilice ropa cómoda.
  • Realice una adecuada higiene diaria del área urogenital.
  • En caso de utilizar pañales u otro tipo de absorbentes, cámbielos con frecuencia y evite la humedad.
  • No se automedique, ya que existen medicamentos que pueden estimular la micción (diuréticos, etc.) o disminuir o evitar la sensación de llenado vesical (sedantes, etc.) sin que usted lo sepa.


Ejercicios de Kegel


El principio de los ejercicios de Kegel es fortalecer los músculos del piso pélvico y, en consecuencia, mejorar el funcionamiento del esfínter uretral para disminuir las pérdidas de orina.

Los músculos del suelo de la pelvis se comportan como todos los músculos. Por fortuna, cuando se debilitan se pueden fortalecer de nuevo mediante ejercicio. Las personas que tienen problemas de pérdidas de orina pueden recuperar el control con ejercicios para los músculos del suelo pélvico, también conocidos como ejercicios de Kegel. Una vez aprendidos merece la pena ejercitarlos diariamente ya que está demostrado que, bien hechos, mejoran los síntomas y disminuyen los escapes de orina.

Arnold Kegel fue un médico estadounidense que en los años 40 propuso la realización de unos determinados ejercicios físicos dirigidos a fortalecer el suelo de la pelvis con idea de mejorar los síntomas en pacientes con pérdidas de orina.

Músculos del suelo pélvico: La pelvis es la parte del cuerpo que se encuentra entre los huesos de la cadera. El límite inferior de la pelvis está formada por varias capas de músculos elásticos. Estos músculos se adhieren a la parte anterior, posterior y lateral del hueso pélvico y tienen como misión contener órganos como el útero, la vejiga o el intestino dentro de la pelvis y está formado por músculos y ligamentos. Se encuentran atravesados por los conductos de salida al exterior de estos órganos, como son la vagina, la uretra o el recto. Son principalmente dos músculos los que hacen el trabajo. El más grande se estira como si fuera una hamaca. El otro tiene forma triangular. Estos músculos evitan la salida involuntaria de orina y materia fecal.



Los Ejercicios Kegel: El objetivo de los ejercicios de Kegel es el fortalecimiento de un músculo que se extiende desde el hueso situado en la parte anterior de la pelvis, el pubis, hasta el hueso que ocupa la parte más posterior, el cóccix. Es el llamado músculo pubococigeo. El mecanismo empleado es contraer y relajar de manera repetida el músculo pubococigeo. Ejercitar los músculos del suelo de la pelvis durante cinco minutos tres veces al día puede significar una gran diferencia en el control de la vejiga. El ejercicio fortalece los músculos que sostienen la vejiga y mantienen los otros órganos de la pelvis en su lugar.

Pueden realizarse en cualquier postura (sentada, de pie, tumbada), aunque es posible que al principio resulte más confortable su práctica tumbada, con las rodillas flexionadas y con los pies apoyados en el suelo. En esta postura, se trata de imaginar que los músculos que rodean a la vagina y el recto “tiran hacia arriba”. Esto sería la contracción del músculo. Tras intentar mantener unos segundos esta situación, se “bajan” los músculos consiguiendo una relajación.











                               Se puede encontrar una descripción más detallada de estos ejercicios en este vínculo, que nos ha servido de fuente de información.

Además, se debe reseñar la existencia de dispositivos que pueden favorecer la efectividad de los ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico como las bolas chinas, los conos vaginales y las pesas vaginales. Se deben utilizar bajo prescripción profesional, para su uso seguro. Consulta a tu profesional de enfermería.


Y recuerda…


Hay muy distintos tipos y causas de la IU, que pueden derivar en problemas importantes. Por tanto es aconsejable acudir a tu médico y profesional de enfermería desde los primeros síntomas.



…ante este problema silencioso, no te mojes…
¡¡ consulta a tu enfermera !!


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