jueves, 15 de diciembre de 2016

Tos ferina y vacunas: más vale prevenir que... ¡toser!


Por Ángel Palacios Álvarez

Desde hace meses, cuando los padres acuden con sus hijos a la revisión del niño sano de los 6 años, su enfermera les informa que la vacuna de la tosferina que se debe administrar a esa edad no está disponible y que deben esperar a que el centro de salud reciba la vacuna para poder completar su vacunación correctamente. En cambio, la vacuna si está disponible para las mujeres embarazadas. 

De esta situación surgen muchas preguntas que los padres y las embarazadas nos trasmiten a diario a las enfermeras. Por ello, esta semana dedicamos este espacio a tratar brevemente el tema de la tos ferina y su vacunación. ¡Esperamos que os resulte interesante! 


¿Qué es la tos ferina?


La tos ferina es una enfermedad infecciosa causada por una bacteria (Bordetella pertussis) que afecta a las vías respiratorias altas, y que provoca una tos violenta e incontrolable. Esta tos frecuentemente se  acompaña de una sensación de asfixia y de un ruido característico al final de la tos llamado estridor inspiratorio. Estas crisis de tos pueden dificultar gravemente la respiración e incluso producir la muerte en los bebes.

Los síntomas que suele presentar la tos ferina se asemejan a los de un resfriado común, siendo frecuente la fiebre, moqueo, enrojecimiento de los ojos y diarrea además de la tos violenta. En los niños se suele acompañar de vómitos tras la crisis de tos, de pausas respiratorias prolongadas (apneas) e incluso de pérdidas momentáneas del conocimiento.


¿A quién afecta la tos ferina?


La tos ferina puede afectar a cualquier persona a cualquier edad pero es más frecuente en niños menores de 5 años. Los bebes de menos de tres meses son el grupo de edad más vulnerable. Cuando se descubre la enfermedad en niños pequeños se aconseja una constante vigilancia y en algunos casos es necesaria la hospitalización, ya que la tos les puede detener temporalmente la respiración. 

Los niños más pequeños son, por lo tanto, los más vulnerables a la tos ferina. Las complicaciones más importantes que pueden desarrollar estos niños son neumonía, encefalopatía, convulsiones, hipoxia cerebral, apnea e incluso la muerte. 

Los niños mayores de 5 años y los adultos tienen mejor pronóstico, no siendo frecuentes las secuelas en estos pacientes mayores.


¿Cómo se trasmite y se trata la tos ferina?


La tos ferina es una enfermedad muy contagiosa. Se trasmite a través las gotitas de saliva que se expulsan en la tos o el estornudo, gotitas que contienen la bacteria y que pasan por el aire de una persona a otra. La persona afectada suele estar enferma durante semanas y en casos más serios incluso meses.

Aunque se puede tratar con antibióticos si se diagnostica a tiempo, la efectividad de estos es baja cuando la enfermedad está ya avanzada. Por ello, lo mejor es la prevención a través de la vacunación infantil.


La vacuna de la tos ferina


La vacunación es la manera más coveniente de prevenir la enfermedad. La vacuna es muy eficaz contra la tos ferina y su administración en todo el mundo evita millones de muertes cada año. La vacuna se administra habitualmente en combinación con las vacunas contra el tétanos y la difteria (DTPa y dTpa).

La diferencia entre la vacuna dTpa (de baja carga) y la DTPa (de alta carga) es que esta última lleva más cantidad de tosferina y difteria y solo puede ser administrada hasta los 6 años de edad, mientras que la primera tiene menos cantidad y se puede administrar a niños a partir de los 4 años de edad, adolescentes y adultos, incluyendo mujeres embarazadas.


La tos ferina en el calendario de vacunación infantil


Los responsables de vacunas de los organismos sanitarios internacionales recomiendan vacunar a los niños con la vacuna DTPa (o vacuna acelular contra difteria, tétanos y tos ferina) con tres dosis a los 2, 4 y 6 meses y una cuarta dosis entre los 15 y los 18 meses. Posteriormente, se recomienda administrar una vacuna de recuerdo al niño entre los 4 y 6 años con la vacuna dTpa. La vacuna DTPa se le puede administrar a los bebés sin problema. 


Se recomiendan cinco dosis de la vacuna de la tos ferina durante la infancia. En algunas Comunidades Autónomas, como la Comunidad de Madrid, se administraba un recuerdo a los 6 años de edad y otro a los 14 años, siendo así 6 las dosis de tos ferina recibidas durante la infancia.


¿Por qué ahora no se vacuna a los niños de 6 años?


En  mayo de 2015 la Agencia Española del Medicamento detectó problemas de suministro de las vacunas con componente frente a la tosferina, afectando con mayor intensidad a la vacuna dTpa. Desde entonces, se ha sustituido la dosis de los 14 años por Td (sólo difteria y tétanos) y la de los 6 años se ha retrasado hasta disponer de dosis para estos grupos de edad.


¿Por qué se recomienda la vacunación de las mujeres embarazadas?


Las autoridades sanitarias españolas, siguiendo las recomendaciones de la OMS, decidieron en 2016 lanzar la recomendación de vacunar a las mujeres embarazadas entre las semanas 28 y 36 de gestación con la vacuna dTpa (difteria, tétanos y tos ferina de baja carga), con el fin de proteger al recién nacido de la tos ferina. 

Según el departamento de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, la vacuna es segura tanto para la madre como para el feto durante el embarazo, ya que no se ha observado un incremento de eventos adversos tras la vacunación de mujeres embarazadas con dTpa con respecto a la vacunación fuera del embarazo, ni en la mujer, ni alteraciones en el parto, el desarrollo del feto o en el neonato. Por una parte, la vacuna evita que la madre contraiga la enfermedad y, por otra, protege al bebé desde su nacimiento hasta el momento en que se le administre la primera vacuna de la tos ferina a los 2 meses. 

Según Salud Pública, la efectividad de la vacunación con dTpa en mujeres embarazadas para prevenir la tosferina en menores de 3 meses es muy elevada, por lo que las dosis de vacuna dTpa disponibles se administrarán prioritariamente a las mujeres embarazadas.


Priorizando la vacunación de las mujeres embarazadas


Ante la escasez de vacunas dTpa, las autoridades sanitarias españolas han decidido administrar las dosis existentes a las mujeres embarazadas para proteger a los niños en sus primeros meses de vida, cuando la enfermedad es más grave.

Esto quiere decir que se ha priorizado la vacunación de las embarazadas frente a la dosis de recuerdo de los seis años mientras no se asegure el abastecimiento de la vacuna dTpa. 

Según el Ministerio de Sanidad, la dosis de los 6 años se retrasará hasta que la industria farmacéutica restablezca de manera ordinaria el suministro de vacunas necesarias a nivel mundial. La vacunación frente a tos ferina de los niños de 6 años es la quinta dosis que reciben en su vida con el fin de protegerlos cuando sean más mayores. Por este motivo se considera que puede retrasarse esta dosis de recuerdo.

Las autoridades sanitarias no conocen la fecha en que se dispondrá de nuevo de suministro suficiente de la vacuna dTpa como para vacunar a todos los niños. Pero según la Asociación Española de Pediatría, probablemente esto no ocurrirá antes de 1 o 2 años.

Esperamos haber aclarado vuestras dudas sobre esta enfermedad y su vacunación.

¡Recuerda que tu enfermera responderá todas tus dudas sobre vacunas!


jueves, 24 de noviembre de 2016

Testigos involuntarios



Por Olga Álvarez Montes

La muerte hace unos días de Rosa, la anciana de 81 años residente en Reus , en un incendio provocado por una vela al carecer la vivienda de electricidad por impago, ha causado una gran conmoción social y ha sacado a relucir la triste situación en la que se encuentran muchas familias como consecuencia de la crisis en nuestro país.
Y es que, detrás de esta historia, se esconden cientos de historias similares, historias de pobreza y fragilidad social que acontecen más cerca de lo que creemos, algunas de ellas ocultas por la vergüenza y fruto de políticas restrictivas cada vez más alejadas de la realidad social.

Pobreza energética 


Según el estudio  sobre pobreza y desigualdad energética que lleva a cabo la Asociación de Ciencias Ambientales cada dos años, una de cada tres familias en paro sufre pobreza energética, y alrededor de 1,8 millones de familias viven a oscuras. Según este estudio se producen unas 7000 muertes prematuras al año relacionadas con incendios y enfermedades cardio-respiratorias.

A su vez, los gastos de luz y gas en los hogares han aumentado un 42%, y España es el cuarto país de la Unión Europea con más hogares incapaces de mantener una temperatura adecuada, siendo las comunidades más afectadas  Murcia, Extremadura, Andalucía, Castilla-la Mancha y Cataluña.



Como enfermeros de familia y comunitaria, somos testigos involuntarios de esta y otras terribles situaciones en nuestro trabajo diario, ya sea cuando acudimos a los domicilios, donde se observan muchas carencias de todo tipo, desde la escasez de luz, la ausencia de calefacción, los problemas asociados a la soledad e inacapacidad funcional de muchos ancianos que ven cómo se han recortado escandalosamente las ayudas a la dependencia etc.... o también en nuestras consultas, donde observamos con frecuencia  la imposibilidad de llevar a cabo una alimentación adecuada y saludable porque comer bien es caro o no se puede evitar el sedentarismo porque, simplemente, apenas existen ascensores en el barrio.

Y es que, las enfermeras de atención primaria, como ya hemos comentado otras veces,somos la bisagra entre lo social y lo sanitario,  y forma parte de nuestro trabajo no sólo la labor asistencial propiamente dicha, sino la atención integral al individuo y su entorno, detectando los riesgos que puedan afectar a la salud de los ciudadanos y llevando a cabo las gestiones necesarias en colaboración con los trabajadores sociales y otros profesionales para mejorar en lo posible la calidad de vida de la población.

Desigualdades en salud


Las desigualdades sociales en salud son las diferencias injustas que se observan entre las personas en función de su clase social, género, o etnia, lo que repercute en un peor estado de salud en los colectivos socialmente menos favorecidos.

Las tres cuartas partes de la humanidad (¡4.500 millones de seres humanos!) no disponen de la opción de elegir libremente factores fundamentales para su salud, como una alimentación adecuada, vivir en un ambiente saludable o tener un trabajo digno.

La Comisión de Determinantes Sociales de la Salud, creada por la OMS en 2005, nos dice en su informe del 2008 que la desigualdad en salud es la principal “enfermedad” que asola nuestro planeta.
Dicha comisión recalcó que "la injusticia social está acabando con la vida de muchísimas personas"
Pobreza y enfermedad van de la mano y forman un círculo vicioso muy difícil de romper.




Además, estas desigualdades han aumentado a lo largo de los años. Estudios realizados en varios países -incluido el nuestro-, señalan también la existencia de este tipo de desigualdades
.
 La Comisión para Reducir las Desigualdades Sociales en Salud en España señaló que las causas de las desigualdades en salud están influidas también por otros factores relacionados con las condiciones de vida y trabajo, como son el contexto socioeconómico y político de un país, las condiciones del empleo y trabajo (situación laboral y precariedad), la carga de trabajo no remunerado del hogar, el nivel de ingresos, la calidad de la vivienda, y el barrio. Finalmente, los servicios sanitarios pueden tener un efecto en la desigualdad, sobre todo si su acceso, utilización y calidad son menores para los grupos sociales menos favorecidos, como es el caso de los inmigrantes irregulares.




Teniendo en cuenta esto, para reducir las desigualdades en salud, es necesario poner en marcha políticas públicas para mejorar las condiciones de vida y trabajo de las personas.
La reducción de estas desigualdades en salud debería constituir una prioridad en la agenda política de los gobiernos y administraciones públicas, pero quizá hay demasiados intereses creados y poca voluntad política al respecto.
Como individuos, no podemos mirar hacia otro lado, la salud es un derecho, no un privilegio.

La enfermera de atención primaria frente a la desigualdad


Entre las funciones que se atribuyen a las enfermeras de atención primaria se encuentran estas dos fundamentales:

1.-La Enfermera Familiar y Comunitaria debe adquirir un especial compromiso con los sectores sociales más desfavorecidos por razones de clase social, género, etnia, edad, discapacidad, enfermedad, etc. con el objetivo de mantener un principio de equidad en el acceso a sus cuidados. Para ello planifica, dirige e implementa en su actividad cotidiana programas de salud específicos dirigidos a cubrir las necesidades de estos y otros grupos en riesgo.




2.-La Enfermera Familiar y Comunitaria debe cooperar y participar activamente con las organizaciones y redes comunitarias, organizaciones no gubernamentales, asociaciones de ayuda mutua y demás instituciones públicas o privadas que tienen por objetivo mejorar la salud del conjunto de las personas.

Esa es y debe ser nuesta función más importante, ser esos testigos involuntarios, enfermos de lo socialmente inmoral, que exijan a nuestros dirigentes acciones políticas que mejoren la situación de las personas más vulnerables y en riesgo de exclusión.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Una mirada antropológica para la enfermería


Por Ángel Palacios Álvarez

Aunque la enfermería y la antropología son dos disciplinas muy diferentes, existe una estrecha conexión entre ellas. Dicha relación se ve clara cuando comprendemos que la enfermera debe atender al paciente teniendo en cuenta los parámetros de la cultura, la sociedad, las costumbres y las creencias, para lo cual necesita una visión antropológica de la persona y el entorno en el que vive. 


En este artículo intentaremos explicar brevemente el concepto y la aplicación de la antropología a la actividad sanitaria, haciendo hincapié en la necesidad de aplicar una mirada antropológica a nuestra labor. Esperamos que os resulte interesante.


Abordaje holístico del paciente


Como todos sabemos, la enfermedad no debería abordarse desde una perspectiva puramente biomédica. Los pacientes deben ser tratados desde una perspectiva holística, teniendo en cuenta todos los elementos que afectan a la persona en su proceso de salud-enfermedad. Se deben tratar con especial cuidado aspectos como sus valores, la espiritualidad, las creencias, los determinantes sociales asociados, la diversidad cultural o la experiencia personal. 

En Atención Primaria esta atención global al paciente es especialmente apreciable, ya que tratamos principalmente con pacientes con enfermedad crónica, dolor crónico y en cuidados paliativos, siendo fundamental un entendimiento adecuado entre el paciente y el profesional sanitario, y una toma de conciencia de los aspectos biológicos y no biológicos que rodean a la persona para un buen abordaje de su situación.

Así, para poder conseguir una correcta atención y una adecuada comunicación debemos abrir la mente y los sentidos. Debemos observar más allá de los elementos que la biomedicina está acostumbrada a valorar. Debemos escuchar al paciente y tener en cuenta el contexto sociocultural y su experiencia vital, para así poder reflexionar sobre sus necesidades en salud de una manera más global. 

Es necesario conseguir un acercamiento importante entre "lo que el paciente cree que necesita y lo que el profesional cree que el paciente necesita". Esto lo conseguiremos aplicando una mirada antropológica.


La antropología, y más en concreto la Antropología de la Salud y la Enfermedad, proporciona un marco holístico al observador que ofrece la posibilidad de abordar la enfermedad desde el relativismo cultural, a la vez que permite un mejor entendimiento con el paciente (y de su experiencia), teniendo en cuenta los aspectos que influyen en su sufrimiento más allá de lo puramente físico.


¿Qué entendemos por antropología?


La antropología es la disciplina de las Ciencias Sociales que se encarga de estudiar la realidad del ser humano desde un enfoque holístico, estudiando al hombre en los contextos culturales y sociales a los que pertenece, y al mismo tiempo como producto de estos. También, analiza el origen y el desarrollo de la especie humana como especie social, y los cambios de su conducta a través del tiempo.

Para ello, estudia la cultura compartida por los diferentes miembros del grupo social, interpretando los elementos sobre los cuales los miembros de una sociedad construyen significados para las acciones e interacciones sociales, las instituciones y sus modelos operativos. Así, la cultura incluye valores, símbolos, normas y prácticas.

La antropología nos ayuda a entender que la cultura es aprendida, compartida y estandarizada (reproducida). La cultura nos ofrece una visión del mundo y de su organización, como actuar en él, para que todo tenga sentido.


Etnocentrismo y relativismo cultural


La perspectiva antropológica requiere que al encontrarnos con culturas diferentes (o con visiones distintas del mundo) no hagamos juicios de valor con base a los parámetros de nuestro propio sistema cultural (etnocentrismo) y pasemos a percibir a las otras culturas según sus propios valores e ideas, a través de los que expresan una visión del mundo propia que define sus prácticas, conocimientos y actitudes (relativismo). Definamos un poco más estos conceptos:

  • Etnocentrismo: actitud a través de la cual se analiza el mundo de acuerdo con los parámetros de la cultura propia. Suele implicar la creencia de que el grupo étnico propio es el más importante o superior en ciertos aspectos culturales o sociales. Se juzga a otros grupos en relación a la propia cultura, la lengua, las costumbres, la religión o las creencias. Es un sesgo cognitivo bien descrito en psicología social.
  • Relativismo cultural: procedimiento de apertura mental que permite comprender los comportamientos e ideas de los otros, sin jerarquizarlos o juzgarlos, pero solamente y sobre todo, reconociéndolos como diferentes.


Relacionando enfermería y antropología


El antropólogo Eric Wolf definió la antropología como "la más humanística de las ciencias y la más científica de las humanidades". Con esto coloca a la antropología en un puesto de enlace entre el mundo de las llamadas ciencias naturales y las ciencias sociales.


Así, en relación a la salud, la antropología nos ayuda a entender la experiencia de enfermar o mantener la salud, definiéndola como una experiencia subjetiva y relacional, mediada por el fenómeno de la cultura.


Antropología y el concepto de Salud


Los conceptos de salud y enfermedad son construcciones culturales que tienen todas las sociedades. La sociedad occidental, a través de la OMS está haciendo un esfuerzo institucional muy importante por definir la salud de la manera más abierta posible. Pero aun así, nuestros conceptos están muy condicionados por el método científico que no deja de ser un constructo de nuestra cultura.

Según la antropología, la cuestión de la salud y la enfermedad está contenida en la visión del mundo del individuo. La enfermedad y las preocupaciones con la salud son universales en la vida humana, presentes en todas las sociedades. 

Cada grupo se organiza colectívamente a través de medios materiales, pensamiento y elementos culturales para comprender y desarrollar técnicas en respuesta a las experiencias o episodios de enfermedad y desgracias individuales o colectivas, generando los diferentes sistemas de atención a la salud.

Nuestro trabajo mediado por la ciencia queda lejos de aplicar un método de trabajo holístico ya que la biomedicina nos orienta constantemente hacia el cuerpo y su fisiología. ¿Cuántos de nosotros aplicamos un método de trabajo holístico?


Antropología de la salud y la enfermedad


La antropología de la salud es una subdisciplina de la antropología que, aplicando teorías y modelos antropológicos, se encarga del estudio del modo en que las personas de las diferentes culturas entienden y viven el proceso de salud-enfermedad-atención, relacionando esta experiencia de salud con las ciencias sociales, clínicas, epidemiológicas, sociológicas, demográficas e históricas. 

Así, mediante la investigación empírica los antropólogos generan un corpus teórico sobre los procesos sociales y las representaciones culturales de la salud, la enfermedad y la atención prestada.


Objetivo de la Antropología de la salud


El objetivo de la antropología de la enfermedad es satisfacer las demandas humanitarias y científicas del campo de la medicina mediante la búsqueda del origen social del las enfermedades.

La antropología de la salud nos ayuda a comprender que el proceso salud-enfermedad-atención se desarrolla siempre en un contexto cultural particular y aislarlo implica desconocer las posibles causas que condicionan la etiología médica y la posibilidad de éxito del tratamiento y por supuesto de la prevención. 

Las nociones y comportamientos asociados a los procesos de salud y enfermedad están integrados a la cultura de los grupos sociales en los que ocurren estos procesos. Los sistemas médicos de atención a la salud, así como las respuestas dadas a la enfermedad, son sistemas culturales que están en consonancia con los grupos y las realidades sociales que los producen.


Haciendo coincidir puntos de vista


Es importante poder hacer coincidir los puntos de vista enfrentados (la visión objetiva científica del profesional de la salud y la subjetiva-experiencial del paciente). 


Se parte de la base, muchas veces obvia, de que los paradigmas de enfermedad que manejan los pacientes son diferentes que los manejados por los médicos y enfermeras. La antropología de la salud facilita el acercamiento de ambos paradigmas para conseguir un tratamiento más acertado y eficaz. Así el antropólogo tendrá como tarea la comparación de los modelos explicativos del proceso de salud-enfermedad-atención bajo todos los puntos de vista posibles para así analizar si los encuentros clínicos son adecuados, y ofreciendo la información necesaria tras su trabajo para mejorar dichos encuentros.


El acercamiento antropológico en el proceso Salud-Enfermedad-Atención


Bajo nuestra perspectiva holística, Sr. Moreno,
no solo trataremos sus síntomas sino
que también trataremos a su perro.
Por todo esto, la antropología de la salud y la enfermedad puede ayudar a las enfermeras de Atención Primaria a aplicar una "mirada antropológica" a nuestro trabajo diario. 

Dicha mirada antropológica nos permitirá entender la situación del paciente desde todas las perspectivas posibles, valorar sus necesidades en relación a sus creencias, valores y experiencia vital, y encontrar el mayor acercamiento entre lo que el paciente cree necesitar y lo que nosotros podemos ofrecer.



¡Pon en marcha tu mirada antropológica!


viernes, 21 de octubre de 2016

Gripe: algo más que un resfriado


Por Elena Monteagudo

¡ Que vienen las vacunas! Como cada año, por estas fechas, comienza la campaña de la gripe . Se trata de una gran estrategia diseñada y puesta en marcha desde Salud Pública cuyo objetivo es disminuir la incidencia de casos así como sus complicaciones (hospitalizaciones, secuelas y muertes). Consiste en una gran red de trabajo en la que están implicados tanto organismos internacionales de vigilancia como nuestros profesionales sanitarios , encargados de notificar cada uno de los casos nuevos de la enfermedad, pues la gripe o influenza estacional, constituye un grave problema socio-sanitario, especialmente por el aumento de la mortalidad y los elevados costes económicos. Se estima que en España causa más de 1.000 muertes al año, aunque algunos años esta cifra alcanza las 4.000 defunciones. La proporción de población afectada durante las epidemias anuales oscila entre el 5 y 15% en poblaciones grandes, y es superior al 50% en grupos de población cerrados como escuelas o residencias geriátricas.

A pesar de ser una enfermedad bastante frecuente especialmente durante la temporada de invierno, nos planteamos la siguiente pregunta: ¿realmente sabemos qué es la gripe? A raíz de los comentarios que oímos en consulta, podríamos responder que NO.


Para comenzar, es importante que sepamos distinguir las siguientes enfermedades:

-Catarro o comúnmente conocido como enfriamiento o resfriado: se trata de una infección de las vías respiratorias superiores que en la mayoría de los casos no afecta a nivel pulmonar y no conlleva complicaciones importantes. Múltiples virus pueden producirlos pero el más frecuente es el Rinovirus.

-Neumonía: es una infección del tejido pulmonar causada por virus o bacterias que provoca su inflamación. El microorganismo que está implicado con mayor frecuencia es el Streptococcus pneumoniae, conocido por todos como Neumococo; pero también el virus de la gripe o algunos hongos pueden ser su causa.

Existen varios tipos de neumonías en función de sus características y del medio en el que hayan sido contraídas, diferenciándose en extrahospitalarias o intrahospitalarias.

En el calendario vacunal infantil se incluye la vacunación frente al Neumococo a los 2-4-12 meses y en el caso de los adultos se lleva a cabo mediante dos vacunas diferentes. De acuerdo a las últimas recomendaciones:

-Vacuna polisacárida 23 valente: se deben vacunar todas aquellas personas mayores o iguales a 60 años y aquellas personas menores de esa edad pero que presenten algún factor de riesgo, bien por su estado de inmunosupresión, tratamientos, etc.

-Vacuna 13 valente: debe administrarse a las personas de 60 años o a aquellas con factores de riesgo.

Si tiene alguna duda sobre su estado vacunal o si debe recibir alguna de estas vacunas no dude en consultarlo con su enfermera.

-Gripe: es una enfermedad producida por el virus Influenza, diferenciándose tres cepas:

* La A es la principal causante de las epidemias anuales

* La B es productora de brotes localizados

* La C da lugar a infecciones asintomáticas.

¿Cómo puedo contraerla?


La fuente principal es el individuo infectado, cuyas gotitas emitidas al hablar, toser o estornudar pueden alcanzar a la persona sana susceptible de padecerla por no estar vacunada. Frecuentemente se infectan animales como aves o cerdos que pueden ser fuente de nuevos subtipos para el hombre, como ya comprobamos con los brotes de gripe aviar y porcina.

También se puede transmitir, aunque con mucha menos frecuencia, por contacto directo a través de una superficie que contenga el virus, como podría ocurrir en el transporte público.

Una persona infectada es capaz de transmitir la enfermedad desde un día antes del comienzo de los síntomas hasta unos 3-7 días después del comienzo de la enfermedad. Los lugares con mayor riesgo de contagio son guarderías infantiles, escuelas, residencias de ancianos, albergues, etc.


¿Cómo puedo distinguirla de un resfriado común?


En el siguiente cuadro resumimos las principales diferencias.

Síntomas Gripe                                              Síntomas Resfriado común

Fiebre Sí >38ºC (3-4 días)                               Generalmente no

Cefalea Sí (fuerte)                                            No habitual

Dolores musculares Siempre (fuertes)             Leves

Tos Habitualmente seca (fuerte)                      Ligera o moderada

La fiebre y los dolores musculares suelen durar entre 3-5 días y no se asuste si la congestión o la fatiga persisten hasta 2 - 3 semanas.

¿Cómo puedo protegerme?


La vacunación es el método MÁS EFICAZ para prevenirla, pero podemos acompañarla de otras medidas que nos protegen y protegen:

* Cúbrase la boca y nariz al toser y al estornudar con pañuelos de papel.

* Evite tocarse con las manos los ojos, la nariz o la boca.

* Lávese las manos frecuentemente con jabón o con soluciones hidroalcohólicas, sobre todo después de toser o estornudar.

* No comparta objetos personales, de higiene o aseo (vasos, toallas…).

* Ventile diariamente su casa, habitaciones y espacios comunes. Puesto que el virus puede depositarse en superficies y permanecer de horas a días limpie con frecuencia las superficies y objetos de uso común (ropa, vajilla, encimeras, baño, pomos, juguetes, teléfonos…).

* Si usted tiene gripe, guarde reposo y evite lugares concurridos.

¿Por qué debo vacunarme cada año?


Debido a la capacidad de mutación del virus, la Organización Mundial de la Salud se encarga de determinar la composición de la vacuna para cada temporada, a raíz de la observación de sus características y difusión en el hemisferio opuesto. La vacuna será más efectiva cuanto más se parezca al virus circulante.


¿Cuándo y dónde puedo vacunarme?


La fecha de comienzo de la campaña vacunal, viene determinada por la época en que mayormente circula el virus, es decir, en los meses de OCTUBRE – NOVIEMBRE en el hemisferio norte y marzo – abril en el hemisferio sur.

Debido a que su efecto se inicia aproximadamente a las dos semanas de su aplicación, conviene no retrasarse, aun así, puede seguir siendo de alguna utilidad administrada más tardíamente. Este año está previsto que sea para la segunda quincena de octubre, por lo que le invitamos que vaya a su centro de salud para informarse.

¿La vacuna puede producirme la gripe?


Negativo, las vacunas se fabrican a partir de virus inactivados y fraccionados que en ningún caso pueden provocar la enfermedad ya que están muertos y no son contagiosos. Si una persona sufre en los días posteriores a la vacunación un cuadro de vías respiratorias altas, no está relacionado con ella.

La capacidad protectora depende de dos factores fundamentales:

* La edad y el estado de salud del vacunado

* La similitud de los virus circulantes y los contenidos de la vacuna

Por lo que determinar su eficacia es difícil, pero estudios recientes la sitúan entre un 50-65% en adultos sanos. Otros estudios han demostrado que protege más frente a hospitalizaciones que frente a su padecimiento, especialmente en mayores de 65 años y enfermos crónicos. Por tanto, al no ser una herramienta perfecta, puede producirse un cuadro gripal pese a estar vacunado correctamente.


¿Quiénes deben vacunarse?


* Todas las personas a partir de los 60 años.

* Todas las personas menores de 60 años que pertenecen a algún grupo de riesgo para la gripe.

¿Cuáles son los grupos de riesgo?

* Mujeres embarazadas en cualquier trimestre del embarazo.

* Personas con enfermedades crónicas (enfermedades respiratorias, cardiovasculares, obesidad, diabetes, enfermedades renales o hepáticas etc…).

* Inmunodeprmidos ( trasplantados, VIH etc..).

* Trabajadores sanitarios.

* Trabajadores de instituciones cerradas .

* Trabajadores en asistencia domiciliaria o cuidadores de pacientes de alto riesgo.

* Personas que realicen servicios esenciales para la Comunidad (conductores de transporte público, policías, bomberos…).

* Personas de alto riesgo que vayan a viajar al trópico (en cualquier época del año) o al hemisferio sur (de abril a septiembre).

Sin embargo, existen excepciones:


* Las personas con alergia al huevo o con hipersensibilidad a las proteínas de huevo deben consultarlo previamente con su médico, quedando totalmente excluidos aquellos que hayan tenido una reacción alérgica severa previa.

* Los niños menores de 6 meses.

* Si tiene una enfermedad aguda con fiebre alta debe esperar hasta que la situación remita.

¿Tiene algún riesgo la vacuna?


Es una de las vacunas más usadas en los países desarrollados lo que posibilita hacer estudios de seguridad que certifican que es extremadamente segura y el riesgo de que cause daño grave es pequeño. El efecto secundario más frecuente es escozor y/o dolor en el lugar de la inyección. Esto suele durar menos de 48 horas y escasa vez interfieren con la vida normal. Reacciones tales como malestar o dolores musculares y fiebre, pueden aparecer y son más frecuentes en niños menores de 12 años y vacunados por primera vez. Se suelen iniciar en las primeras 6-12 horas y suelen persistir 1-2 días.

Así es que, ya no hay excusas:
¡Acuda a tu centro de salud y vacúnate!


jueves, 6 de octubre de 2016

Centímetros de más, salud de menos


Por Elisabeth Gutiérrez Bermúdez

¿No es cierto que con los años tendemos más a preocuparnos por nuestra salud y por aquellas enfermedades que aparecen en edades avanzadas y que pueden acortar nuestra vida y reducir su calidad? ¿Nunca te has parado a pensar cómo afectaría a tu vida si un día, por ejemplo, te diagnostican una diabetes tipo 2, o sufres un accidente cerebrovascular o un infarto de corazón? ¿Pensarías, en primer lugar, que una de sus posibles causas haya podido ser el comer abundantemente y/o pasar muchas horas frente al televisor? Seguramente ni te lo plantees. Posiblemente pienses en cualquier otra causa antes de relacionarlo con el exceso de peso, si es que lo tienes, pues normalmente, no se suele caer en la cuenta de que es uno de los principales precipitantes de problemas cardiovasculares, de diabetes, de trastornos del aparato locomotor y de algunos tipos de cáncer. Generalmente, del exceso de peso nos preocupa más la estética y el qué dirán y, en un según lugar, la salud de nuestro cuerpo.



El sobrepeso pero, especialmente la obesidad,  es tal en el mundo que supone un problema de Salud Pública. Se ha llegado incluso a asegurar, que casi la mitad de la población en los países desarrollados muere a causa de problemas cardiovasculares relacionados con ella, creyéndose incluso que, en breve, acabará superando a las enfermedades infecciosas como principal causa de muerte en muchos países en desarrollo, como India o China.

 Según datos epidemiológicos de las últimas dos décadas, la tendencia a la obesidad se ha duplicado, acentuándose en edades avanzadas (entre los 55-85 años) y existiendo poca diferencia entre hombres y mujeres.  Además, 3 de cada 10 españoles muestra obesidad abdominal y ésta, se sabe, multiplica por dos el riesgo cardiovascular, la hipertensión y la insulinoresistencia, evidenciando así la importancia de la localización de la grasa. ¿Sorprendente, verdad?



Por todo lo mencionado, desde Atención Primaria se lleva un control sobre todos los pacientes que acuden a su Centro de Salud.  Aquellos que padecen un problema de exceso de peso, reciben ayuda por parte de médicos y enfermeros, ofreciéndoles asesoramiento y acompañamiento en todo el proceso, ofertando distintas posibilidades de tratamiento a través de los recursos disponibles, siempre individualizando cada caso.

Así pues, he creído significativo dedicar un espacio en el blog para dar a conocer la importancia de dicho problema, haciendo hincapié en la obesidad abdominal, pues como puedes ver, no es inusual y es muy perjudicial para la salud. Su medición en la consulta de Atención Primaria es rápida, sencilla y puede evidenciar el riesgo cardiovascular, permitiendo así prevenir y/o tratar sus posibles consecuencias.


La herencia del paleolítico: el  genotipo ahorrador



La especie humana ha pasado mucha hambre durante su evolución. A lo largo de millones de años el genoma se ha ido adaptando para sobrevivir a los constantes ciclos de hambre y de abundancia. Nuestros antecesores tuvieron que acomodarse a las frecuentes carencias acumulando una serie de mutaciones favorables hasta constituir lo que se ha denominado el “genotipo ahorrador”. Este se basa en el principio de almacenar la grasa obtenida de los alimentos ingeridos para así poder obtener energía de ella cuando se presenten periodos de hambruna; fue diseñado por y para la supervivencia de la especie y se ha ido transmitiendo de generación en generación para conseguir tal fin. Se sabe, que se necesitan muchos millones de años para producir un cambio en el genoma, por ello, era casi obligatorio que todos los homínidos cumplieran con esta condición, pues de lo contrario, no habrían sobrevivido a tales condiciones y la especie se hubiera extinguido.

Con la aparición del Homo sapiens sapiens, nosotros, que ya no necesitamos cazar a nuestras presas, ni caminar durante días en condiciones nefastas en busca de alimentos, ni debemos huir de terribles depredadores y que en síntesis, el gasto calórico para obtener el alimento es mínimo, mantener el genotipo ahorrador no nos beneficia mucho, pues este se basa en el principio de la insulinoresistencia, donde se establece un circulo vicioso: la insulina encuentra dificultad para unirse a sus receptores y no abre las puertas para que penetre la glucosa, por tanto, no se puede metabolizar y permanece en la sangre, provocando un aumento de su concentración. El páncreas, detecta las cifras elevadas de glucosa y secreta aún más insulina para metabolizarla. ¿El resultado? Unos niveles exagerados de insulina en sangre, hiperinsulinemia y de glucosa, hiperglucemia, los cuales pueden ser un componente precipitador de una diabetes mellitus tipo 2, un infarto cerebral o enfermedad cardiovascular, enfermedades derivadas del  Síndrome Metabólico y por las que muere la mayor parte de la población de los países desarrollados como España.



Por eso, ahora que vivimos en una época de abundancia permanente de alimentos, debemos limitar su consumo y no solo eso, sino que deberíamos manipular lo mínimo posible cada alimento, pues cuánto más se asemeje a su forma original, menos perjudicial será para nuestra salud. Nuestro organismo está diseñado para ingerir los nutrientes que precisa y para acumular una pequeña reserva de grasa que le permita sobrevivir a los períodos de hambruna. Obviamente, la genética juega un papel importante a la hora de colaborar en el desarrollo o no de la obesidad, pero los factores ambientales y conductuales propios, pueden intervenir de forma favorable impidiendo su desarrollo o atenuándolo. De no ser capaces de controlar los factores externos, los conocidos como “modificables”, lo único que conseguiríamos es acelerar el proceso y agravarlo, condenándonos a un aumento de peso con todas sus consecuencias.


¡La comida es salud, placer, no puede hacerme daño!


Hoy en día, son más comúnmente conocidos los perjuicios del tabaco y el alcohol, entre otros malos hábitos. No hay anuncios que alerten sobre los daños que pueden ocasionar el consumo excesivo de bollería industrial ni de alimentos precocinados u otros con elevada cantidad de grasas saturadas y trans, etc., sino todo lo contrario. Nos avasallan con anuncios de comida de atractiva apariencia pero cargada de calorías vacías y con contenido perjudicial para nuestro organismo. Tampoco nos avisan de la importancia de leer las etiquetas (ni nos enseñan a hacerlo adecuadamente).
Parece que eso no vende o dan por hecho que ya lo sabemos, porque asumimos que lo correcto para no engordar es dejar de comer grasas, por eso solo buscamos productos “light” en los supermercados. Ese mensaje parece que sí ha quedado claro (aunque yo te aconsejo que no te fíes, pues no es del todo cierto) y así calmamos nuestra conciencia creyendo ser “sanos”. Pero la realidad es que estamos rodeados de enemigos mucho más perjudiciales, como el azúcar en exceso.


Particularmente, cometemos 5 errores en nuestra alimentación y estos inciden de manera negativa sobre la expresión adecuada del gen ahorrador,  pudiendo conducirnos a sufrir problemas de peso y el ya mencionado Síndrome Metabólico. Ellos son: el consumo excesivo de calorías, el abuso de carbohidratos rápidos (dulces, golosinas), la carencia de fibra vegetal (escasa fruta, verduras), el exceso de grasas saturadas y trans (componentes principales de productos precocinados, bollería, galletas, salsas, etc.) y el embudo alimentario. Esto último se refiere a la escasa variedad de alimentos que muestra nuestra dieta en comparación a nuestros antepasados, los cuales podían alimentarse de hasta 250 tipos de alimentos distintos, llevando a cabo una dieta equilibrada y variada, algo que a día de hoy es casi inusual, donde caemos siempre en los mismos alimentos y la mayoría, procesados.


Existe una tendencia mundial a cometer dichos errores. Por esta razón, no resultaría perplejo comprender que una de las principales causas de enfermedad y mortalidad que nos acecha hoy día, sea el comer abundantemente y el tener una vida sedentaria. Pero lo cierto es que esto es algo difícil de asumir por la mayoría de la población, pues antes que nada, consideramos más “lógico” acabar enfermo o morir por vivir en condiciones de mala o escasa alimentación o en lugares insalubres, por ejemplo, que por sobrealimentarnos. Hay quienes aseguran incluso que, las enfermedades metabólicas y cardiovasculares, son resultado de la hiperalimentación, de la falta de comunicación entre las personas, de la soledad, del sedentarismo, del estrés laboral y del aburrimiento (ya es bien sabida la teoría de que el intestino está íntimamente relacionado con las emociones). En definitiva, se cree son enfermedades de la civilización y que por desgracia, suelen pasar desapercibidas.


 La importancia de la obesidad central



Volviendo a retomar la grasa central, expertos en la materia aseguran que su localización corporal, es más importante incluso que el exceso de peso en sí mismo. Sumado a esta circunstancia, se debe valorar la coexistencia de otros factores tales como el tabaquismo, el abuso de alcohol, el sedentarismo, el estrés o la frecuencia cardiaca elevada, pues aumentarían de manera exponencial la probabilidad de sufrir un evento cardiovascular.

Ahora bien, la grasa se puede distribuir siguiendo 2 patrones: una de ellas, denominada periférica o ginoide (típica en las mujeres), se sitúa en glúteos, muslos y brazos, mientras que la central o androide (más común en hombres), se concentra en el abdomen. El valor normal para las féminas se encuentra por debajo de 88cm (lo que sería una talla 46) y para varones, inferior a 102cm (alrededor de una talla 52); pero hay estudios que sitúan una media de 90cm para los hombres y 86cm para las mujeres como cifras óptimas, lo que supone todo un desafío.



En las últimas décadas se han dirigido numerosos estudios entorno a ella, y en concreto, los destinados a la cuantificación del riesgo cardiovascular que conlleva. Generalmente, el grado de sobrepeso u obesidad,  se cuantifica a través del Índice de Masa Corporal, el IMC, el cual establece una relación entre el peso y la altura, dando como resultado un valor numérico que ayuda a clasificar a las personas en peso insuficiente, normopeso, sobrepeso y obesidad en distintos grados, basándose el diagnóstico de ésta última en la obtención de una cifra igual o superior a 30 kg/m2.

El IMC se emplea de forma rutinaria en las consultas de Atención Primaria, pero por sí solo no permite conocer la distribución de la grasa corporal, de la misma manera que lo más aconsejable sería llevar a cabo una medición antropométrica para conocer verdaderamente la cantidad de grasa corporal total. Además, presenta otras desventajas, como por ejemplo, no distinguir entre masa muscular y grasa, pudiendo caer en el error de etiquetar a una persona como obesa cuando posiblemente su cuerpo esté mayormente formado por músculo. Tampoco define un punto de corte según la etnia a la que se pertenezca, pues por ejemplo, para etiquetar a alguien de sobrepeso en la región asiática, sería más bajo que para la caucásica, y teniendo en cuenta lo multiétnica que es la población, es una característica importante a tener en cuenta. Por estas razones, no debería ser una herramienta de uso exclusivo para cribar problemas de peso ni para el riesgo cardiovascular, pues siempre debería emplearse conjuntamente con otras.

¿Cómo se determina el riesgo cardiovascular?


Actualmente, a la hora de establecer el riesgo cardiovascular, existen varios indicadores antropométricos que evidencian ventajas sobre el tan comúnmente utilizado IMC. Los más empleados y aprobados científicamente, son la circunferencia de la cintura y el índice cintura/cadera, pero también tienen la desventaja de que sus valores varían según sexo, edad y complexión. Esto se vería atenuado con la corrección que introduce la estatura, resultando como mejor predictor el índice cintura/altura. Se puede usar con igual validez en ambos sexos y a cualquier intervalo de edad, y para su obtención, solo es necesario dividir la circunferencia de la cintura entre la altura (ambos en centímetros). Si se obtiene un resultado mayor a 0,55 supondrá un riesgo cardiovascular elevado; esto resulta lógico, pues no es lo mismo presentar una cintura de 75 cm para quien mide 155 cm que para quien mide 175 cm de altura.


Por ello, ofrece las ventajas de ser efectivo, barato, fácil y rápido de medir y de determinar el riesgo por los profesionales, suponiendo una alternativa sólida para la valoración de la composición corporal a través de la medición de los pliegues adiposos subcutáneos, por ejemplo, los cuáles precisan de mayor tiempo y adiestramiento por parte de los profesionales que lo lleven a cabo.



Por dichas razones, este índice también se ha revelado como una herramienta importante en el diagnóstico del Síndrome Metabólico en adultos, pues varios estudios demuestran que conocer esta cifra ayuda en su cribado, pues la obesidad androide o central, se correlaciona estrechamente con el aumento de la glucemia e insulinemia basales, triglicéridos y presión arterial.

Finalmente, si obtenemos un resultado dentro de la normalidad, se clasificaría en obesidad periférica y el riesgo por tanto sería menor pero existente, pues la obesidad en sí misma ya es un factor de riesgo.


 Por tanto, ¿cómo se debería medir el perímetro abdominal? Podría hacerse en casa o bien acudir preferiblemente al profesional de enfermería de Atención Primaria para así reducir el margen de error. Aún así, en la siguiente imagen se describe muy bien el procedimiento a seguir. Se recomienda realizar al menos 2 mediciones las cuales deben ser promediadas. Recuerda medir tu estatura descalzo y con la cabeza recta mirando al frente.




He realizado el índice cintura/altura y es superior a 0.55. ¿Qué debo hacer?


Como explicaba al inicio del artículo, desde la consulta de enfermería de Atención Primaria podemos llevar a cabo un control de todos los factores de riesgo y poder así, asesorarte y ayudarte para mejorar tu calidad de vida. La enfermera junto con el médico, acompañan a lo largo de todo el recorrido, ofreciendo la información necesaria y el apoyo para lograr prevenir y/o tratar los factores de riesgo. Hay evidencia de que, modificando los estilos de vida al menos durante 12 meses, mejora el perfil metabólico y muchos de los factores de riesgo cardiovasculares. Se sabe que manteniendo un estilo de vida sano, se puede reducir el riesgo cardiovascular hasta un 82%.

Por todo lo anterior mencionado, si obtienes un resultado fuera del rango de normalidad, debes tomar medidas y acudir a tu Centro de Salud, donde recibirás información relacionada con la disminución de peso y sobre cómo llevar un estilo de vida cardiosaludable.


A continuación, detallo algunas de las pautas generales que convendría seguir:

- Se deberá emplear una alimentación adecuada basada en:

o Verduras y frutas frescas
o Ácidos grasos insaturados procedentes del aceite de oliva o de linaza
o Pescado azul mínimo 2 veces por semana
o Fibra procedente de legumbres, frutas, verduras y cereales integrales, etc.



- Se aconsejarán métodos de cocción al vapor, a la plancha o hervido.



- No existirán alimentos prohibidos (siempre y cuando no haya una prescripción médica que así lo constituya). Pero sí se deberán minimizar:

o El consumo de carnes rojas
o Productos lácteos (queso, nata, yema de huevo, leche entera o yogurt)
o Ácidos grasos saturados o trans (margarinas y bollería industrial),
o Alcohol limitado a 2 copas al día en hombres y 1 copa al día las mujeres.
o Menos de 5gr/día de sal (evitar sal de mesa, seleccionar alimentos frescos o congelados sin sal).

- Se recomendará una rutina de actividad física de unos 30min/día. Personas sedentarias o con factor de riesgo cardiovascular, como es en este caso, deberán iniciar un programa de ejercicio de baja intensidad.


- Además, se controlarán otros factores de riesgo sumados (incitando al abandono del tabaco, por ejemplo) y se incluirá el control de la tensión arterial, de la frecuencia cardíaca y analíticas de sangre para valorar el colesterol y la glucosa, entre otros.


Para finalizar, me gustaría recalcarte que no se trata de comer poco, sino de comer de todo pero con moderación, sin abusar de ningún alimento en concreto, variando, aprovechando los de temporada, de procedencia conocida y a poder ser, no procesados. Tampoco se trata de pasar horas en un gimnasio, ni de obsesionarse con bajar rápido de peso. Se trata de cambiar los hábitos poco a poco, de escucharte y cuidarte, pues tu cuerpo es el único lugar que tienes para vivir. ¿Verdad que no le pondrías gasoil a tu coche cuando necesita gasolina? Sería maltratarlo. Lo mismo pasa con tu cuerpo cuando no le das lo que es bueno para él. Piénsalo.


AHORA QUE SABES TODO ESTO… ¿COMERÁS MÁS EN SERIO?
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