Por Olga Álvarez Montes
En la consulta de enfermería nos encontramos con frecuencia con pacientes que presentan algún tipo de problema prostático. Lo más común es la Hiperplasia Benigna de Próstata, un tumor benigno que está relacionado directamente con la edad y que produce trastornos en la micción. Otro es la Prostatitis, o inflamación dolorosa de la próstata provocada por infecciones urinarias principalmente. Y por último , también nos encontramos con pacientes diagnosticados de Cáncer de Próstata, a los cuales además de administrarles tratamientos y cuidados específicos tendremos que prestarles nuestro apoyo para ayudarles a afrontar su enfermedad de la mejor manera posible.
Según los datos de la Asociación Española de Urología (AEU), cada año se diagnostican en nuestro país más de 20.000 casos de cáncer de próstata, tratándose del tipo de cáncer más frecuente entre los varones. Se trata, por tanto, de un tipo de cáncer con una incidencia alta pero que cuenta todavía con poca visibilidad en nuestra sociedad.
En la actualidad se puede decir que las patologías relacionadas con la próstata suelen tratarse como un tema tabú y los pacientes tienden a sentirse estigmatizados. Sin embargo, la mayoría de los hombres serán diagnosticados en algún momento de su vida con alguna enfermedad relacionada con su próstata.Actualmente, existen tratamientos muy efectivos para tratar la enfermedad y sus síntomas. Incluso el cáncer de próstata, cuando es detectado en sus primeras fases, es tratable incluso sin causar pérdida del control de la micción o de la función sexual.
La próstata
La próstata es una pequeña glándula , blanda al tacto y del tamaño de una nuez. Se encuentra bajo la vejiga y en frente del recto (el final del intestino grueso). Rodea la uretra ,que es un conducto estrecho que atraviesa la próstata y se prolonga a lo largo del pene y por el que se conduce tanto la orina como el semen.
Justo sobre la próstata se encuentran las vesículas seminales, dos pequeñas glándulas que segregan más de la mitad de las sustancias que componen el semen. En los laterales de la próstata se encuentran los nervios que controlan la función eréctil del pene.
La próstata no es un órgano esencial para la vida, pero es vital en el proceso de la reproducción, ya que proporciona sustancias que facilitan la fertilización, la circulación de esperma y la supervivencia del mismo.
La próstata crece durante la adolescencia controlada por la testosterona (una hormona masculina) y su derivado la dihidrotestosterona.
Se dividide en diferentes regiones anatómicas o zonas. La mayoría de los cánceres de próstata diagnosticados se originan en la zona periférica que se encuentra cerca del recto. Por este motivo, el tacto rectal es una prueba diagnóstica bastante efectiva y útil.
Otras patologías, como la hipertrofia prostática benigna, que no es un cáncer, se desarrollan en la zona de transición que rodea la uretra o el conducto urinario. Ese es el motivo porque el que esta enfermedad causa mayores complicaciones a la hora de orinar que el cáncer de próstata.
¿Cuál es su función?
- Producción de más del 50% de las sustancias que componen el líquido seminal
- Producción de sustancias nutritivas para los espermatozoides
- Protección contra las infecciones de las vías urinarias, como son la vejiga y la uretra
- Control del flujo urinario
- Producción de las sustancias que crean las condiciones vaginales óptimas para la fecundación
Tipos de tumores
Existen ensayos clínicos en estos momentos que tratan de comprender mejor que tipo de cánceres de próstata necesitan ser tratados de manera agresiva con radiación y cirugía y en cuáles se pueden posponer los tratamientos o, directamente, no tratar.
Los avances en este campo hacen que actualmente el pronóstico de este tipo de cáncer sea bueno y alentador.
En el caso del cáncer de próstata las células, en vez de desarrollarse y morir normalmente, viven más tiempo y forman masas de células aberrantes conocidas comúnmente como tumores. Existen dos tipos de tumores:
- Primarios, que son los tumores originales.
- Secundarios, que son aquellos que se originan a distancia a partir de los tumores primarios.
En la mayoría de los casos, el cáncer de próstata es generalmente de crecimiento lento, lo que significa que suele tardar varios años en desarrollarse lo suficiente como para poder ser detectado, y mucho más generar una metástasis, es decir, una diseminación a otros órganos ajenos a la próstata.
Un pequeño porcentaje de hombres es diagnosticado de cáncer de próstata agresivo y de crecimiento rápido. Hoy por hoy es difícil saber con certeza qué tipo de cánceres de próstata serán agresivos, lo cual puede, en un primer momento, complicar las decisiones sobre el tratamiento del mismo.
Causas
El cáncer de próstata es uno de los tumores más directamente relacionados con la edad. De forma excepcional aparecen antes de los cuarenta años. Algunos estudios han demostrado que la incidencia anual de nuevos casos oscila entre el 0,1% y el 1% en varones con edades comprendidas entre 60 y 80 años, siendo mayor el riesgo de padecer cáncer de próstata cuanto más avanzada es la edad.
El cáncer de próstata es más frecuente en la raza negra que en la raza blanca, probablemente por razones genéticas y/o dietéticas
Aunque todavía no se han identificado todos los genes que se encuentran mutados en el cáncer de próstata, existe evidencia de una fuerte asociación entre este tipo de cáncer y componentes genéticos. Se ha observado que hasta un 42% del riesgo de cáncer de próstata está asociado a factores hereditarios, multiplicándose este riesgo por dos cuando existe un antecedente familiar de primer grado (padre, hermano). El diagnóstico a edad temprana en el familiar de primer grado también aumenta el riesgo de presentar este tipo de tumor. Un estudio ha demostrado que cuando un hermano gemelo tiene cáncer de próstata la posibilidad de que el otro gemelo lo padezca es mucho mayor que si tiene cáncer de mama o colon.
Alimentos y Cáncer de Próstata
Algunos estudios han asociado una mayor incidencia de cáncer de próstata con la ingesta de determinados alimentos:
- Dieta rica en grasas animales puede favorecer el desarrollo del cáncer de próstata, en especial la ingesta de grasas animales que contengan grandes cantidades de alfa-linolénico y pequeñas cantidades de ácido linoléico.
- Una alimentación con una baja proporción de vegetales parece ser un factor de riesgo añadido para desarrollar cáncer de próstata. Por el contrario, se ha constatado que la ingesta de brócoli y coliflor se asocia con una disminución del riesgo de cáncer de próstata
- La ingesta de alimentos con elevadas cantidades de licopenos, como por ejemplo el tomate, también se asocia con una menor incidencia de cáncer de próstata, debido a que tiene componentes antioxidantes.
- La ingesta de soja, debido a que contiene flavonas e isoflavonas, también tiene un efecto protecto sobre ete tipo de tumores, lo cual podría explicar la baja incidencia de cáncer de próstata en los varones asiáticos.
- El consumo de café parece asociarse con una disminución del riesgo de cáncer de próstata metastásico. Varios estudios han demostrado que la incidencia de este tumor es inversamente proporcional al consumo de café.
- En cuanto a los suplementos vitamínicos, parece que existe una relación directa entre el consumo de polivitamínicos o de suplementos dietéticos de ácido fólico o zinc en el riesgo de padecer cáncer de próstata.
- No existe una relación entre el consumo de menos de 50g/diarios de alcohol y el cáncer de próstata, pero sí cuando la ingesta se eleva por encima de 50 gramos. A partir de esa cantidad aumenta el riesgo de padecer esta enfermedad.
Síntomas
Desde que se ha introducido la determinación de PSA, el diagnóstico precoz ha pasado a formar parte de la práctica clínica habitual. Es decir, muchos pacientes con cáncer de próstata se diagnostican cuando todavía no presentan ningún tipo de sintomatología relacionada con el tumor.
En aquellos pacientes en los que no se realiza un chequeo del PSA, el cáncer de próstata se detecta cuando se realiza un tacto rectal o porque el paciente acude a su médico debido a la presencia de sintomatología genitourinaria.
Cuando en el examen rectal (tacto rectal) se palpa una próstata asimétrica, indurada y con nódulos se debe descartar que exista cáncer de próstata. Cuando la próstata es simétrica y regular la sospecha inicial es que el paciente presente una hiperplasia benigna de próstata.
En algunos casos, debido a la presencia del tumor el paciente puede sentir urgencia por miccionar con bastante frecuencia. En estos casos, las “nicturias” o micciones nocturnas suelen ser también muy habituales. Sin embargo, estos síntomas no son específicos del cáncer de próstata, ya que también aparecen en pacientes que tienen hipertrofia benigna de próstata.
La disfunción eréctil también obliga a descartar la existencia de cáncer de próstata, ya que el tumor puede afectar al tejido que está junto a la próstata (periprostático), el cual contiene los nervios y las arterias, los cuales son los responsables de la disfunción eréctil cuando están dañados. .
Otros síntomas genitourinarios que pueden presentar los pacientes con cáncer de próstata son:
- Dolor o ardor en la micción
- Dificultad para orinar
- Eyaculación dolorosa
Por último, algunos pacientes debutan con síntomas relacionados con la existencia de metástasis, como puede ser, por ejemplo, el dolor óseo.
El diagnostico se lleva a cabo mediante una biopsia prostática ante la detección de un PSA y/o un tacto rectal anómalo.
Diagnóstico y tratamiento
El PSA es un marcador específico de la próstata y su elevación no significa necesariamente que exista un tumor prostático, ya que, por ejemplo, se eleva también en la hipertrofia benigna de próstata y en las prostatitis, de ahí que exista mucha controversia acerca de la determinación de este marcador de manera preventiva y generalizada en la población . Generalmente cuando existe un tumor prostático las cifras de PSA en sangre son mucho más elevadas que cuando existe hipertrofia benigna de próstata. Por tanto, se debe determinar el PSA antes de realizar una biopsia prostática en aquellos varones que tienen un tacto rectal patológico, tanto con fines diagnósticos como pronósticos.
La biopsia prostática está indicada en aquellos pacientes que tienen un examen rectal (tacto rectal) sugerente de tumor prostático, incluso cuando el PSA es normal.
Se debe realizar biopsia prostática a todos los varones en los que el tacto rectal muestre una próstata indurada, asimétrica o con nódulos palpables, especialmente si tienen más de 45 años y presentan algún factor de riesgo.
En ocasiones se realiza una ecografía transrectal en aquellos varones que tienen una próstata patológica, bien para evaluar la anatomía de la próstata o bien para realizar una biopsia prostática guiada. Las biopsias se hacen guiadas por ecografía transrectal.
Esta última no suele hacerse si no es para realizar la biopsia.El cáncer de próstata localizado es aquel que está limitado a la próstata y no se ha extendido a otras partes del cuerpo, por tanto el objetivo del tratamiento es evitar que se extienda.
Existen tres opciones para los pacientes que tienen cáncer de próstata en estadio localizado: vigilancia activa (también conocida como espera en alerta), prostatectomía radical (abierta, laparoscópica o robótica) y radioterapia. El objetivo de estas tres opciones es destruir las células cancerígenas antes de que puedan extenderse a otros tejidos del organismo.
-El tratamiento quirúrgico del cáncer de próstata se denomina «prostatectomía radical» y supone la extirpación de toda la próstata entre la uretra y la vejiga, incluyendo las vesículas seminales. Algunas veces se extraen también los ganglios linfáticos del área pélvica.
-La radioterapia utiliza partículas o rayos de alta energía para matar las células cancerígenas. Es un tratamiento equiparable en eficacia a la cirugía, aunque con connotaciones técnicas y de seguimiento diferentes a aquella. La crioterapia y la radioterapia intersticial son apropiadas para casos muy seleccionados de enfermedad muy localizada.
En los casos de riesgo intermedio y alto, se acompaña de tratamiento hormonal durante un periodo de 6 meses a 3 años, según el paciente.
Estos medicamentos actúan inhibiendo la síntesis de testosterona en los testículos y se administran en forma de inyecciones periódicas.
Otros en cambio actúan impidiendo que esta actúe sobre las células del tumor y se administran de forma oral
Los efectos secundarios de la hormonoterapia comprenden desde la disminución del deseo sexual, impotencia, sofocaciones que disminuyen con el tiempo, sensibilidad y/o crecimiento de las mamas, aumento de peso, diarrea, náuseas, cansancio y osteoporosis.
Sin embargo, la hormonoterapia no es un tratamiento curativo cuando el tumor se ha diseminado, ya que no elimina la enfermedad, aunque la mantiene controlada durante periodos prolongados de tiempo. Cuando el tumor deja de responder a los tratamientos hormonales tradicionales hay que considerar otras opciones, como la quimioterapia.
El tratamiento estándar de primera línea recomendado en todas las guías clínicas son los taxanos combinados con corticoides.
Últimos avances
Afortunadamente en los últimos meses han aparecido dos nuevos fármacos: acetato de abiraterona y cabazitaxel, que prolongan la supervivencia de los pacientes.
El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) cuenta con una Unidad de Investigación Clínica en Cáncer de Próstata y Tumores Genitourinarios
El diagnóstico de un cáncer de próstata puede generar miedo y desorientación. Es una situación nueva en la vida que requiere tiempo para su afrontamiento .
en los siguientes enlaces podréis obtener más información sobre la enfermedad y recursos:
- Asociación española de urología
- Cáncer de Próstata España
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