miércoles, 29 de octubre de 2014

Retinopatía diabética: échale un ojo a tu vista



Por Aurelia López González

Dentro de las múltiples complicaciones que provoca la diabetes se encuentra la retinopatía diabética, una afectación de la vista del paciente diabético que se ha convertido en una de las causas principales de ceguera en nuestro país. En las primeras fases de la enfermedad puede no notarse ninguna alteración, pero a la larga la retinopatía causará una importante perdida visual. Desde la consulta de enfermería de atención primaria queremos hacer una rápido repaso de este problema recordando los datos más relevantes de esta complicación.


¿Quién puede sufrir la retinopatía diabética?


Todas las personas con diabetes tanto del tipo I como II mal controlada corren riesgo, y su frecuencia aumenta con los años de evolución de la enfermedad, la edad del paciente y el control metabólico.

Después de 20 años de evolución de la enfermedad, prácticamente todos los pacientes con diabetes tipo I y más del 60% con diabetes tipo II presentan signos visibles de retinopatía en el fondo de ojo.

De ahí la precaución de realizar un examen ocular completo, con una revisión de la agudeza visual y una dilatación pupilar al menos una vez al año.


Fases de la retinopatía diabética


Fase de la microangiopatía

El paciente no nota pérdida de visión, ni el oftalmólogo verá nada anormal cuando explore el fondo de ojo, sin embargo ya se están produciendo alteraciones microscópicas en los vasos sanguíneos como consecuencia de los niveles elevados de glucosa en sangre. Esta etapa puede durar más de 10 años tras el inicio de la diabetes, de ahí la importancia de determinar el inicio de la enfermedad.


Retinopatía diabética simple o no proliferativa

En esta fase ya se ven alteraciones vasculares en el fondo de ojo, aunque el paciente puede seguir sin cambios en su visión, aparecen microaneurismas que se comportan como “goteras “en los vasos sanguíneos de la retina y exudados, llegando a producirse un edema macular (encharcamiento de la mácula). Según avanza la enfermedad algunos vasos que nutren a la retina se obstruyen haciendo deje de recibir sangre, se produce una hipoxia y crecen nuevos vasos para sustituirlos.

Retinopatía diabética proliferativa

Etapa caracterizada por la existencia de estos nuevos vasos, que son anormales, muy frágiles, sus paredes son delgadas, se rompen con facilidad y sangran provocando una pérdida importante de visión.


Síntomas de una hemorragia intraocular


La retinopatía diabética habitualmente, no ofrece ninguna señal de advertencia. A medida que el daño en la retina progresa pueden verse alteraciones en la visión como las imágenes desenfocadas, deformadas o con puntos negros. Las hemorragias suelen ocurrir más de una vez y por eso en ocasiones no terminan de desaparecer, otras se reabsorben y el paciente recupera visión.


Diagnóstico


El primer examen debe de ser la valoración de la agudeza visual y el fondo de ojo con dilatación pupilar para valorar la retina y el nervio óptico. Si el oftalmólogo cree que necesita tratamiento para el edema macular puede recomendar hacer una angiografía fluoresceínica, se inyecta un colorante especial en el brazo y se toman fotografías cuando el contraste está pasando por los vasos sanguíneos de la retina.

Tomografía de coherencia óptica

La OCT (tomografía de coherencia óptica) es prueba sencilla e indolora, es sensible para detectar un edema macular, observar su evolución y la respuesta al tratamiento. Es un instrumento que mediante una luz realiza un scanner de las distintas capas de la retina midiendo su grosor y detectando líquido u otras anomalías.


Tratamiento


El edema macular se trata con la aplicación local de láser, realizando un numero variable de impactos en la parte de la retina que “gotea” alrededor de la mácula. El paciente puede necesitar del láser más de una ocasión para controlar el edema. Este tratamiento tiene como objetivo estabilizar la visión, tan sólo en pocos casos se puede mejorar la que se ha perdido.

La retinopatía proliferativa también se trata con láser, este procedimiento se llama panfotocoagulación retiniana y ayuda a reducir los vasos anormales. Debido a que es necesario realizar muchos impactos se necesitan varias sesiones para completar el tratamiento. Aunque se puede notar alguna pérdida de visión periférica ayuda a conservar la visión. Este tratamiento funciona mejor antes de que los vasos formados empiecen a sangrar, aunque también se puedan aplicar en función de la cantidad de hemorragia existente.

Si la hemorragia es grande se puede necesitar un tratamiento quirúrgico llamado vitrectomía, en la que se quita esa sangre del interior ocular.

Actualmente se están buscando mejores maneras para detectar, tratar y prevenir la perdida de visión en pacientes con diabetes, las inyecciones intraoculares (factores antiangiogénicos) que están ayudando a controlar la retinopatía y sus consecuencias.


Prevención de la retinopatía


La principal medida para prevenir la retinopatía o para retrasar su evolución es el estricto control de la glucemia. Además es muy importante evitar otros factores que facilitan o agravan las lesiones vasculares como el consumo de tabaco, controlar la hipertensión arterial, vigilar los niveles de colesterol, realizar ejercicio físico de forma regular y seguir dieta adecuada. 

Así que, ¡controla tu glucemia y cuidarás tu vista!


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