miércoles, 25 de febrero de 2015

Donar órganos = Salvar vidas


Por Rosa Sánchez González

En España los donantes de órganos, en conjunto, son más de 130.000 personas y en todo el mundo 22 millones. Son personas normales, ciudadanos sanos que deciden decir SI a salvar una o varias vidas, SI a compartir su salud con personas que carecen de ella.

Por suerte, España es líder mundial en trasplantes de órganos desde hace muchos años. En 2013 se realizaron 4.279 operaciones de 1.655 donantes, lo que supone una tasa de 35,3 por cada millón de personas, según el Registro Mundial de Trasplantes. Unos datos que superan los de la Unión Europea (19,5) y a los de Estados Unidos (25,8).

De todos los trasplantes que se realizaron en España, los más numerosos fueron los renales, seguidos de los hepáticos y a mayor distancia los cardíacos y pulmonares. También a nivel mundial los trasplantes de riñón, hígado, corazón y pulmón fueron los más abundantes, al tratarse de técnicas muy consolidadas, aunque empiezan a ser frecuentes también los de páncreas e intestino, y se van abriendo paso técnicas más sofisticadas como los trasplantes de cornea (ojos), piel, huesos, miembros completos, etc.

El día 30 de mayo es la jornada Nacional de la Donación de Órganos.


La Organización Nacional de Trasplantes (ONT)


Toda la coordinación del “milagro” de que en España se realicen tantos trasplantes la realiza la Organización Nacional de Trasplantes.

La ONT es un organismo coordinador de carácter técnico, perteneciente al Ministerio de Sanidad, que se encarga de realizar las funciones de obtención y utilización clínica de órganos, tejidos y células. Tiene una estructura “en red” a tres niveles: Coordinación Nacional, Coordinación Autonómica y Coordinación Hospitalaria.


La actuación de las ONT se basa en los principios de cooperación, eficacia y solidaridad, cumpliendo su misión de coordinar y facilitar las actividades de donación, extracción, preservación, distribución, intercambio y trasplante de órganos, tejidos y células en el conjunto del Sistema Sanitario Español.

En resumen, su principal objetivo es la promoción de la donación altruista con el único fin de que el ciudadano español que necesite un trasplante tenga las mayores y mejores posibilidades de conseguirlo.


El pasado año 2014 celebramos los 25 años de existencia de la ONT, una organización de la que todos nos podemos sentir orgullosos.


Pero… ¿Quién puede ser donante?



Puede ser donante de órganos toda persona que en vida decida que, a su muerte, sus órganos sirvan para salvar o mejorar la vida de otros. Sin embargo, hay que saber que, pese a nuestro deseo, no todos podremos ser donante de órganos. Para ello, será necesario que el fallecimiento acontezca una Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital. Es en estas unidades dónde es posible realizar la preservación de los órganos y las pruebas necesarias para realizar una correcta valoración de cada potencial donante.

Será el equipo médico quien, una vez realizadas todas las pruebas necesarias, dictamine si el fallecido puede ser donante y de qué órganos.



¿Qué órganos se pueden donar?


Los órganos que se pueden donar son los riñones, el hígado, el corazón, el páncreas y los pulmones. Además, de una donación también se pueden obtener tejidos, igualmente muy necesarios, como hueso, las córneas y las válvulas cardíacas.

Dada la escasez de órganos para trasplante, de cada donación, se intenta obtener el mayor aprovechamiento posible. Lo habitual es que la donación sea completa, no obstante, si usted desea no donar algún órgano y/o tejido, basta con haberlo expresado en vida a sus familiares. Ellos comunicarán su voluntad tras el fallecimiento.



Consentimiento y donación


Según la Ley de trasplantes, en España todos somos considerados donantes si en vida no hemos expresado lo contrario. Sin embargo, esa expresión puede haber sido formulada de diferentes modos, lo que obliga a que se pregunte a familiares o allegados sobre la voluntad del fallecido respecto a la donación. En la práctica siempre se respeta la decisión de la familia, ya que se asume que estos no contradirían los deseos de su ser querido. La firma de la familia para proceder a la donación, es lo que denominamos consentimiento familiar.

Pero también existe la donación de vivo. Esta sólo es posible si se cumplen las condiciones y requisitos establecidos por la Ley. El donante ha de ser mayor de edad y gozar de buena salud física y mental. La Ley incluye los pasos a seguir por todos los implicados: profesionales médicos y personal judicial y donante y receptor; para garantizar los derechos de ambas partes, la libertad en las decisiones, voluntariedad, gratuidad y altruismo. Dado que cada caso tiene sus propias particularidades, las recomendaciones son consultar todas las dudas al equipo médico responsable del enfermo.


Tarjeta de Donante




La tarjeta de donante es un documento que testimonia nuestro deseo de ser donante de órganos tras el fallecimiento. Sin embargo  la tarjeta no tiene valor legal. Es preciso comunicar a nuestros familiares el deseo de ser donantes, para que autoricen la extracción de órganos tras el fallecimiento.

Existen varios modelos de tarjetas de donantes emitidas por diferentes organismos o asociaciones de enfermos. Todas ellas tienen el mismo valor testimonial, de expresar nuestro deseo de ser donantes de órganos en el momento de fallecer.

Los datos facilitados, en aplicación de la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal, son incorporados y tratados en el fichero automatizado Tarjetas de Donantes, propiedad de la Organización Nacional de Trasplantes, con fines exclusivamente administrativos y estadísticos. 


¿Cómo solicitar la tarjeta de donante? 


Hay dos tipos de tarjeta de donante:

  • Tarjeta Donante Digital: mediante la descarga de la misma en formato PDF o mediante la instalación de una App para dispositivos móviles. Esta opción se puede hacer efectiva a través de la web “Eres Perfecto Para Otros”
  • Tarjeta Donante Física o Convencional: mediante la coordinación autonómica de trasplantes de su comunidad autónoma

Se pueden consultar los teléfonos de las organizaciones autonómicas en la web de la Organización Nacional de Trasplantes.

Finalmente, si cambiamos de opinión y ya no deseamos ser donantes de órganos, solamente hay que romper la tarjeta, en caso de tenerla, y comunicarlo a los familiares y allegados, para que llegado el momento puedan trasmitir nuestra decisión; según la ley no es necesario darse de baja ni comunicar a ningún organismo oficial que se ha cambiado de opinión.


Para finalizar…


El modelo español de trasplantes se ha convertido en un ejemplo a seguir por muchos países. Su secreto está basado en una estructura organizada de enfermeros y médicos perfectamente formados sobre la materia dentro de cada hospital.

El papel de los profesionales sanitarios en general y de la enfermería en particular dentro del proceso de donación y trasplante de órganos es clave, de hecho, la ONT nació con una fuerte presencia enfermera que ha continuado, e incluso se ha incrementado, a lo largo del tiempo.

Pero no solo la enfermería hospitalaria colabora en el sistema; la enfermera de tu Centro de Salud puede informarte de todas las dudas que puedas tener respecto de la donación de órganos y colabora en la concienciación de la población sobre la importancia de ser donante.


Y recuerda...la donación es esperanza…
¡¡ tú también puedes ser donante !!


miércoles, 18 de febrero de 2015

Disfagia: que comer no sea un mal trago (I)


Por Ángel Palacios Álvarez

La enfermera de Atención Primaria atiende en ocasiones a personas que por diversas razones tienen dificultades para tragar los alimentos y los líquidos de una manera natural. Este problema se denomina disfagia. Las personas con disfagia normalmente necesitan ayuda para poder alimentarse correctamente, y es a través de una adecuada información y de una serie de consejos adaptados a cada caso como su enfermera puede ayudar a su familia y a sus cuidadores y facilitar esta tarea. 

Esta semana queremos dedicar este espacio a realizar una breve revisión de esta alteración y a ofrecer algunos consejos para mejorar su abordaje cotidiano. 


El mecanismo de la deglución


Antes de entrar a contar lo que es la disfagia vamos a explicar brevemente los mecanismos de la deglución.

La deglución se puede definir como el paso de los alimentos desde la boca hasta el estómago.  Tiene dos fases diferenciadas. 

La primera fase es voluntaria y va desde el momento en que la comida entra en la boca hasta que la lengua lanza el alimento hacia la faringe. 

La segunda fase es involuntaria, y conduce el alimento de manera automatizada desde la faringe hasta el esófago y desde ahí hasta el estómago. En esta fase se da una compleja coordinación de músculos y nervios que comunican el sistema digestivo con el cerebro, que activan un mecanismo llamado reflejo deglutorio. 


¿Qué es la disfagia?


La disfagia se puede definir como la alteración en la capacidad de tragar o deglutir que sufre una persona debido a diversos motivos. Esta dificultad de tragar incluye tanto los alimentos sólidos como líquidos, siendo habitual en algunos casos que los pacientes se atraganten con su propia saliva. 

El reflejo deglutorio es un mecanismo muy preciso que se activa en la fase involuntaria, que cierra el acceso a las vías respiratorias (elevando la laringe hacia la base de la lengua y cerrando la epiglotis) durante unas décimas de segundo, el tiempo preciso para que el bolo alimenticio pase al esófago. 

El bolo pasando de la boca al esófago

Si existe una alteración en este mecanismo el alimento o los líquidos pueden pasar a los pulmones, provocando una aspiración del paciente. Esto puede provocar que la persona deje de comer por la dificultad, lo que le conduciría a la deshidratación y la desnutrición. También es frecuente el atragantamiento del paciente y la infección respiratoria que conlleva la aspiración repetida. 


¿Qué puede producir la disfagia?


Existen múltiples factores que pueden dificultar la capacidad de una persona de tragar adecuadamente. Estos factores pueden causar una alteración de los nervios o de los músculos que intervienen en la deglución, o pueden afectar a los sistemas cerebrales que envían las ordenes a dichos músculos. 


Algunas de las patologías y cirugías que pueden causar una disfagia son: 
  • Cáncer de cuello, lengua y otros localizados en la zona del cuello y tórax
  • ACVA (accidente cerebrovascular)
  • Enfermedad tiroidea
  • Cirugía de cuello y tórax
  • Enfermedad de Parkinson y de Alzheimer
  • Reflujo gastroesofágico y acalasia 
  • ELA (esclerosis lateral amiotrófica)
  • Miastenia gravis
  • Amigdalitis 
  • Enfermedad de Wernicke

Además, el envejecimiento natural de la persona puede provocar una alteración en el reflejo deglutorio y dificultar la deglución.


¿Cómo se identifica una persona con disfagia?


Existen varios signos y síntomas de alarma que pueden ayudar a identificar a la persona que tiene problemas de deglución:
  • Atragantamientos frecuentes
  • Tos y carraspeo constante durante y después de las comidas (más habitual tras tomar líquidos)
  • Cambios en el tono de voz tras las comidas (voz húmeda, afonía, ronquera)
  • Comer mucho más despacio de lo habitual
  • Mantener la comida en la boca, moviéndola entre los carrillos
  • Necesidad de tragar varias veces una misma porción de alimento
  • Presencia de residuos de comida en la boca
  • Babeo frecuente
  • Desinterés por la comida debido al esfuerzo que significa para la persona comer
  • Cambios en los hábitos de alimentación (el paciente rechaza algunos alimentos que antes tomaba pero que ahora evita porque le produce atragantamientos)
  • Neumonías de repetición

Cuando el paciente presenta estos signos es importante identificar el problema primario que causa la disfagia. Aunque la mayor parte de las veces la disfagia se convertirá en una alteración crónica, tratar el problema que lo causa puede mejorar la calidad de vida del paciente.


Consejos para evitar el atragantamiento


Una vez que se ha detectado la disfagia debemos considerar que una actividad sencilla como comer es una situación compleja y, en algunas ocasiones, peligrosa para el paciente. A la hora de la comida se debe tener en cuenta:


Preparación del entorno: Es importante preparar el entorno donde se va a realizar la comida eliminando elementos que puedan distraer al paciente, como son la televisión, la radio, niños o personas hablando. Además es fundamental asegurarse que la persona esté completamente despierto y tranquilo antes de comenzar la comida. Así mismo, se debe evitar que hable mientras que come.

Postura para comer: El paciente debe estar sentado de una manera correcta con la espalda tan recta como sea posible. Si no pudiera levantarse de la cama para comer deberá colocarse lo más incorporado posible. Para ello podemos elevar el cabecero de la cama, si es articulada, o ayudarnos de almohadas para conseguir esta postura.

La postura de la cabeza recomendada para comer cuando se sufre disfagia es con la cabeza ligeramente inclinada hacia delante en el momento de tragar, acercando la barbilla al centro del pecho. Esto facilita el paso del alimento directamente al esófago, protegiendo la vía aérea, debido a la posición anatómica del mismo. Se puede decir al paciente que intente comer mirándose al ombligo. Esta postura la debe utilizar siempre que coma o beba durante el día.

Nunca debemos dar de comer al paciente si la cabeza está inclinada hacia atrás ya que esta postura hace más fácil el paso de la comida a la tráquea y su consecuente atragantamiento.

Mejor comer solo: Muchas personas con disfagia necesitan ayuda a la hora de comer. Pero aquellos que pueden comer por si mismos es recomendable que lo hagan, ya que de esta manera tienen mayor control sobre la cantidad de alimento que toman y la velocidad con la que comen, y disminuye el riesgo de atragantamiento. Aunque coman solos, siempre es aconsejable que lo hagan bajo la vigilancia de un familiar o un cuidador que pueda asistir al paciente en caso de atragantamiento.

Prótesis dentales: Es importante ajustar adecuadamente las prótesis dentales del paciente para mejorar la masticación y evitar más complicaciones durante la comida. Si no fuera posible colocarlas bien fijas se aconseja retirarlas y adaptar la comida en su lugar.

Tiempo de la comida: Estos pacientes requieren más tiempo para comer, y el familiar que le de la comida debe tenerlo en cuenta y ser paciente. Nunca se debe apremiar al paciente. El estrés es un elemento que no facilita la comida. Se deben programar las comidas en momentos en que esté tranquilo y descansado. Hay que entender que en muchos casos comer se convierte en una actividad agotadora para ellos.

Cucharas, pajitas y jeringas: Es importante introducir en la boca pequeñas cantidades cada vez ya que pequeños volúmenes son más fáciles de controlar en la boca y de tragar. Por esto es preferible utilizar cucharillas pequeñas, de café o postre, para meter la comida en la boca. Parece ser que el contacto de la cucharilla con lengua favorece el reflejo deglutorio.

Nunca se deben utilizar jeringas ni pajitas para dar la comida pues dificultan el control del alimento en la boca al no entrar en contacto primero pon la parte delantera de la lengua. El uso de estos dispositivos favorece el atragantamiento pues al sorber con la pajita o al empujar con la jeringa se puede hacer más fuerza de la precisa y provocar que parte del alimento pase directamente en la garganta.

Acabar un bocado antes de tomar otro: El cuidador debe asegurarse de que cada cucharada de alimento ha sido ingerida completamente antes de darle otro bocado. En ocasiones, estos pacientes no son capaces de tragar todo de una sola vez y necesitan varios intentos para tragar todo el contenido de la boca. Debemos ser pacientes. Si no traga todo y se le da más puede llegar a acumular una gran cantidad en los carrillos y bajo la lengua que puede tragar al tumbarse y provocar una aspiración.


Después de la comida


Tras la comida el paciente no debe tumbarse hasta que hayan pasado entre 30 y 60 minutos. Si se tumba antes podría presentar un episodio de reflujo, volviendo la comida desde el estómago hasta la boca, pudiendo entrar en la vía respiratoria. 

Es importante que el cuidador se asegure de que tras la comida no queden restos dentro de la boca que puedan provocar un atragantamiento al tumbarse. Si los hubiera habría que retirarlos con cuidado.  

No se debe olvidar la higiene de la boca después de cada comida. Hará que el paciente se sienta más cómodo a la vez que evitaremos la proliferación de bacterias y hongos que pueden llegar a la vía respiratoria y causar una infección en los pulmones.


Adaptación de la dieta a la disfagia


Los pacientes con disfagia mantendrán una dieta variada y equilibrada pero deben adaptarla para que la comida tenga una consistencia uniforme y suave, fácil de tragar. Para ello el médico especialista indicará la textura más adecuada a cada caso, aquella que provoque menos atragantamientos. 

Se indican las siguientes medidas dietéticas:
Evitar dobles texturas como las sopas
  • Hacer varias comidas al día de pequeñas cantidades
  • Las comidas no deben prolongarse más de media hora ya que son muy cansadas para el paciente
  • Ofrecer un plato único por comida
  • Tomar platos muy nutritivos para que en poco tiempo se consuman las máximas calorías
  • Adaptar la consistencia de los alimentos según la indicación del médico usando espesantes, triturando la comida, etc.
  • Conseguir platos con texturas homogéneas y suaves
  • Evitar dobles textura en un mismo plato (sopa, sólidos y líquidos en una misma cucharada)
  • Evitar alimentos muy duros (almendras), secos (pan tostado), pegajosos (pasteles), fibrosos (piña) o que desprendan líquido al morderlos (ciruela)
  • Especial atención a los alimentos que contengan elementos ocultos como espinas, huesos, semillas, etc.
Obtenga más información en nuestro artículo: Convivir con la disfagia: ¿qué comemos hoy?

Consistencia de los líquidos


Los líquidos suelen representar un problema por lo que debemos adaptar su consistencia para que puedan ingerirlos. Existen varias texturas (pudding, miel o néctar) que se pueden conseguir añadiendo espesantes según lo especificado por el especialista. Los espesantes no solo se añadirá al agua sino a todos los productos líquidos como refrescos, infusiones o zumos. Estos espesantes se deben adquirir en la farmacia. 

Los pacientes con disfagia nunca deben tomar las gelatinas que encontramos en los supermercados pues se convierten rápidamente en agua al entrar en la boca lo que puede llevar a un atragantamiento.


Podemos evitar un mal trago...


Esperamos que estos consejos puedan ayudar a los familiares a mejorar la alimentación de los pacientes que sufren de disfagia. Pero siempre es aconsejable acudir a su centro de salud en busca de ayuda y más información.

Recuerde que su enfermera puede valorar al paciente y realizar un seguimiento adecuado de su alimentación, mejorando en lo posible su calidad de vida.


miércoles, 11 de febrero de 2015

La enfermera que yo quiero




 Por Olga Álvarez Montes


Esta semana  me he dedicado a preguntar a pacientes, familiares y amigos qué cualidades consideran más importantes para ser una buena enfermera, es decir, qué aspectos son lo que más valoran cuando necesitan de nuestros servicios .

Exceptuando las consabidas bromas sobre el tópico sexual asociado a nuestra profesión, me ha llamado la atención que la respuesta más habitual esté relacionada con aspectos comunicativos y relacionales, como el buen trato, la cordialidad, la cercanía, el saber escuchar, etc... siendo secundarios aspectos como la profesionalidad, cualificación, formación adecuada...

Sin embargo, si la pregunta se hace con respecto al médico, la cosa varía un poco. Se suele dar más importancia al hecho de que sea un buen profesional, refiriéndose a que tenga conocimientos adecuados y actualizados, dejando un poco al margen los aspectos relacionales, aunque mi percepción es que estos adquieren más relevancia en los pacientes más mayores.


Tecnificación versus humanización


Ana de Pablo, médico, cuyo blog (curar a veces, aliviar a menudo, consolar siempre) os recomiendo, nos habla en un artículo sobre los exámenes para médicos especialistas, de la excesiva tecnificación de la medicina, en detrimento de aspectos como la bioética y la comunicación. Sin embargo destaca todo lo contrario en los exámenes para especialistas de enfermería:

"No estamos evaluando vocación, sino conocimientos. No premiamos al médico que se sienta, escucha y sonríe, sino al doctor House "

 "Pero resulta que las enfermeras especialistas se han repasado los principios de la bioética, conocen la ética del cuidado y lo más importante de la entrevista clínica. Y saben quién fue Virginia Henderson y qué es un cuadro de mando, lo mismo que conocen la técnica de Papanicolau, las necesidades nutricionales del recién nacido o la tasa de filtrado glomerular. Los médicos especialistas solo necesitan saber de esto último"

"Se buscan médicos técnicos que pueden ser una nulidad en ética o en relación con el paciente.  

"La enfermería nos ha adelantado en cuanto a humanización."


 "No se valora el lado humano de la Medicina, que para algunos podría incluso desaparecer sin que nadie la echara de menos. Nos convierte a los médicos en meros técnicos, en enciclopedias andantes, en ejecutores de pruebas, sin una migaja de humanismo"



Comparto esta interesante reflexión, aunque creo que en la práctica asistencial la realidad no siempre es así y depende también en gran medida del propio profesional. Conozco a muchos médicos de familia que poseen unas habilidades de comunicación excelentes y saben empatizar con los pacientes, al igual que conozco a enfermeras que tienen muy poco de humanistas, por mucho que lo hayan estudiado en la carrera.


Lo que sí es cierto es que es necesario darle a estos aspectos éticos y de comunicación la importancia curricular que merecen.


Definición de salud según la OMS 


«La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.»

Esta definición no ha sido modificada desde 1948, es decir, desde hace 67 años se conceptualiza  la salud como un todo. De manera que para poder alcanzarla no es suficiente un enfoque biologicista centrado exclusivamente en la patología sino un enfoque integral y humanista del individuo.

Técnica y humanismo deben por tanto ir de la mano, no separados.

Pero volviendo a la pregunta inicial sobre las cualidades de la enfermera... esa insistencia en temas relacionales y no en nuestra cualificación... ¿no significará también que la población desconoce o incluso no le dá la suficiente importancia a nuestro trabajo?. ¿No tendrá relación con el hecho de que sea una profesión eminentemente femenina y que se asocie el cuidado como algo puramente doméstico? Y en el caso de las mujeres médicos...¿la visión de la sociedad es la misma?

Demasiadas preguntas para las que yo, personalmente, no tengo respuestas pero que nos invitan a reflexionar.

Lo que sí tengo claro es que existe un gran desconocimiento por parte de la población e incluso de otros profesionales del ámbito de la salud sobre nuestro trabajo y el relevante papel que supone este para la sociedad.

Como sabéis, precisamente la misión de este blog es informar a la población sobre nuestra labor, concretamente la de las enfermeras de familia y comunitaria, así es que, vayamos a ello...


¿ Qué es ser enfermera de familia y comunitaria?


La misión de la Enfermera Familiar y Comunitaria es la participación profesional en el cuidado compartido de la salud de las personas, las familias y las comunidades, en el «continuum» de su ciclo vital y en los diferentes aspectos de promoción de la salud, prevención de la enfermedad, recuperación y rehabilitación, en su entorno y contexto socio-cultural.

La acción de la Enfermera Familiar y Comunitaria está orientada por principios y fundamentos científicos, humanísticos y éticos de respeto a la vida y a la dignidad humana. Su práctica requiere de un pensamiento interdisciplinario, de una actuación multiprofesional y en equipo, y de una participación activa de las personas a las que atiende, con visión holística del ser humano en su relación con el contexto familiar, social y ambiental.


La orden SAS/1729/2010, de 17 de junio,del Boletín oficial del Estado, por la que se aprueba y publica el programa formativo de la especialidad de Enfermería Familia define los valores fundamentales que deben guiar a esta:

a) Compromiso y orientación a las personas, familias y comunidad: Las personas en su acepción holística, a lo largo de toda su vida y en su entorno natural, junto a las familias y comunidades con sus interacciones, su cultura y también en su medio, son los protagonistas activos de la atención que presta la Enfermera Familiar y Comunitaria. Sus actuaciones están orientadas a la mejora y mantenimiento compartidos de su salud y bienestar, no reduciéndose a la intervención clínica ante la presencia de enfermedad.

b) Compromiso con la sociedad, la equidad y la eficiente gestión de los recursos: La Enfermera Familiar y Comunitaria al desarrollar su actividad en el ámbito de la atención primaria de salud es el primer contacto y puerta de entrada al sistema sanitario. Tiene una alta responsabilidad social respecto al uso eficiente de los recursos sanitarios, ya que su uso inadecuado no sólo representa un riesgo para las personas, sino también un gasto innecesario que priva al conjunto de la sociedad de otros recursos.

La Enfermera Familiar y Comunitaria como profesional que trabaja en el primer nivel de atención debe facilitar el acceso al sistema sanitario, eliminando cualquier barrera física, estructural u organizativa que lo dificulte. Asímismo facilitará y potenciará la participación ciudadana activa y responsable en la búsqueda de respuestas a sus problemas de salud y en la planificación de los servicios sanitarios.

La Enfermera Familiar y Comunitaria adquiere un especial compromiso con los sectores sociales más desfavorecidos por razones de clase social, género, etnia, edad, discapacidad, enfermedad, etc. con el objetivo de mantener un principio de equidad en el acceso a sus cuidados. Para ello planifica, dirige e implementa en su actividad cotidiana programas de salud específicos dirigidos a cubrir las necesidades de estos y otros grupos en riesgo.

La Enfermera Familiar y Comunitaria coopera y participa activamente con las organizaciones y redes comunitarias, organizaciones no gubernamentales, asociaciones de ayuda mutua y demás instituciones públicas o privadas que tienen por objetivo mejorar la salud del conjunto de las personas.

c) Compromiso con la mejora continua de la calidad: La Enfermera Familiar y Comunitaria toma sus decisiones basándose en las evidencias científicas actualizadas y para ello mantiene al día sus conocimientos, habilidades y actitudes profesionales, al tiempo que hace partícipes a las personas en la toma de decisiones que afecten a su salud.

La enfermera Familiar y Comunitaria reconoce como prerrequisito de la atención de calidad el valor del trabajo en equipo y la participación y corresponsabilización de las personas a las que presta sus cuidados.

d) Compromiso con la ética: La Enfermera Familiar y Comunitaria es exigente consigo misma, con la propia administración sanitaria y con el resto de los actores que intervienen en ella, para el cumplimiento de su misión.

La Enfermera Familiar y Comunitaria basa su compromiso con las personas en los principios de la bioética y muy especialmente, dada la idiosincrasia de su ámbito de actuación, en el principio de autonomía (autocuidado y responsabilidad). Garantiza el respeto a cada uno de los derechos de los usuarios y pacientes del sistema sanitario conforme a lo establecido en la Ley de ordenación de las profesiones sanitarias y en la Ley básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica.

Mantendrá el rigor y la ética en el desempeño de sus funciones de docencia y de investigación.

e) Compromiso con la seguridad de los usuarios y pacientes: La Enfermera Familiar y Comunitaria promoverá y desarrollará el conocimiento y la cultura de seguridad de las personas a las que atiende. Colaborará y participará en proyectos que impulsen y evalúen prácticas seguras.

f) Compromiso con el desarrollo profesional: La Enfermera Familiar y Comunitaria está comprometida con el desarrollo general de su profesión y particularmente con el de su principal ámbito de trabajo, la enfermería que interviene con las familias, las comunidades y en la salud pública.



La enfermera que yo quiero....

  • Resumiendo, la enfermera que yo,como paciente quiero, y como profesional aspiro a ser, es una enfermera preparada y en contínua formación. Muestra seguridad en lo que hace pero a la vez posee la humildad suficiente para reconocer sus fallos y buscar soluciones. 
  • La enfermera que yo quiero sabe escuchar e intenta ponerse en mi lugar dentro de sus posibilidades. Posee habilidades para comunicar su mensaje adaptándolo a mí.
  • La enfermera que yo quiero es cercana y muestra calidez. Me trata como una persona no como una patología, sin descuidar los aspectos psicológicos, sociales y culturales.
  • La enfermera que yo quiero no es autoritaria ni demasiado maternal.
  • La enfermera que yo quiero respeta mi autonomía como paciente, la confidencialidad y la equidad así como mi dignidad como ser humano.
  • La enfermera que yo quiero se implica en acciones que salvaguarden los derechos de los ciudadanos y colabora activamente con la comunidad.
¿Alguien conoce a alguna o a alguno así?..

 El siguiente vídeo resume muy bien qué significa ser enfermera: 




Y para finalizar...un poquito de humor...



miércoles, 4 de febrero de 2015

Gonartrosis: que no te limite la vida



Por Mª de los Ángeles Aragoneses Cañas y Sara Fernández Redondo


La artrosis es un problema de salud muy frecuente que produce dolor y limitación de la movilidad. Ese dolor a menudo está poco valorado y no mejora sólo con medicamentos, pero con unos autocuidados  adecuados se podría lograr.

La artrosis no es más que un desgaste del cartílago articular. Este desgaste puede producir lesiones alrededor del hueso. Y estas lesiones originan dolor, rigidez, limitaciones y deformidad de la articulación afectada.


Artrosis de rodilla: gonartrosis


A partir de los 35 años el 50% de las personas tienen algún tipo de artrosis. El 73% son mujeres. La forma más frecuente de artrosis es la que se da en la rodilla (gonartrosis).

A veces se ve como algo "sin solución". Se piensa que hay que resignarse. Se vive con mucho miedo a las consecuencias para el futuro y se suele recurrir como única opción a los medicamentos. La artrosis afecta a las relaciones familiares (hijos, amigos...), al trabajo, a las actividades de ocio....


Factores determinantes


Hay factores que influyen en la artrosis de rodilla, como la edad (más a partir de 50 años), el sexo (mas en mujeres ), y la herencia (padres, abuelos...) que no podemos cambiar.

Otros si los podemos cambiar: como los kilos  de más (el factor principal), la falta de ejercicio, la realización de trabajos que fuerzan las rodillas y los hábitos posturales no adecuados.

Para paliar, aliviar y prevenir la artrosis deberíamos proponernos:
  1. Organizar nuestra alimentación para mantenernos en un peso adecuado
  2. Hacer ejercicios que nos ayuden a movernos mejor
  3. Corregir las posturas que puedan ser perjudiciales
  4. Relajarnos para vivir con confianza y buen ánimo
  5. Conocer los recursos que tenemos a nuestro alcance y en nuestro barrio
En definitiva, cuidarnos más para vivir mejor.


Experiencias en el centro de salud


En el Centro de Salud de General Ricardos se ha realizado un taller de autocuidados para pacientes con artrosis de rodilla. Con el titulo de "Aprendiendo a convivir con la artrosis", se inició el pasado mes de Abril una serie de sesiones (seis), los jueves de cada semana, de hora y media de duración y con un fisioterapeuta, tres enfermeras, tres médicos y quince mujeres con artrosis de rodilla.

En cada sesión se impartían conocimientos respecto a la artrosis, se aprendieron las bases de una alimentación saludable para evitar o disminuir la obesidad y el sobrepeso, se conocieron los beneficios del ejercicio físico practicando ejercicios específicos para la artrosis, se aprendieron y realizaron técnicas de relajación y se conoció el uso adecuado de los medicamentos antiálgicos y antiinflamatorios.

Se estudiaron las dificultades que cada participante tenía con su enfermedad y se buscaron soluciones.

El objetivo general era promover una mejor calidad de vida mediante la disminución del dolor y la mejora de la capacidad funcional.

Diversos estudios han mostrado la efectividad de la educación grupal para mejorar el control de peso, fomentar el ejercicio habitual, aprender hábitos posturales adecuados y conocer el uso racional de los medicamentos.

Siendo el sobrepeso y la obesidad el factor principal que influye en la artrosis y, siendo además un factor que podemos modificar deberíamos hacer lo posible para organizar nuestra alimentación.


 Las bases de una alimentación saludable


Una alimentación saludable nos aporta la ENERGÍA y los NUTRIENTES que necesitamos para mantener la salud.

Los nutrientes que necesitamos son: proteínas, hidratos de carbono o carbohidratos,  grasa, vitaminas y sales minerales.

Para conseguir una alimentación equilibrada deberíamos consumir al día un 50-55% de carbohidratos, un 30-35% de grasas y entre un 10-15% de proteínas.

Las grasas las vamos a conseguir a través de los animales y de los vegetales. Una de las grasa vegetales más saludables es el aceite de oliva. Lo llaman "el oro liquido". Es un antioxidante, mineraliza los huesos, aumenta la longevidad y desatasca las arterias.

Las proteínas ayudan a desarrollar los músculos. Las carnes, los huevos y los pescados son proteínas animales fundamentales en una alimentación equilibrada y saludable.

Los hidratos de carbono o azúcares nos aportan ENERGÍA, son la base de la alimentación, son fibra, disminuyen el estreñimiento y nos sacian más. Son: los cereales, pan, pastas, frutas, verduras, bollería, leche y derivados, harinas, legumbres, tubérculos y raíces, azúcar, arroz, guisantes... entre otros.

Todos estos nutrientes los tenemos que distribuir a lo largo del día y en seis tomas.

El desayuno estará compuesto por una ración de lácteos (1 vaso de leche, 2 yogures o un trozo de queso, todo desnatado) y una ración de harinas (puñado de cereales, 2 ó 3  tostadas pequeñas o 4 galletas María...).

En el almuerzo no debe faltar una porción de pan y una pieza de fruta (manzana o naranja o dos mandarinas o dos ciruelas...).

En la comida que no falte una ración de verduras (acelgas o judías verdes con patata y zanahoria...) o legumbres (pequeñas raciones)  con una porción de proteína (filetee de carne o de pescado o huevo...) una ración de pan y una pieza de fruta.

En la merienda una ración de lácteos (1 vaso de leche desnatada ó 1 yogur desnatado).

En la cena una porción de verduras (ensalada o sopa de verduras o judías verdes), una porción de proteínas (pescado, huevo carne), una porción de pan y una pieza de fruta.

Incluso, antes de acostarse se podría tomar un yogur o medio vaso de leche.

"Cuanto más organizadas sean tus comidas menos hambre pasarás".

"Comer bien sin caer en dietas milagro o falsos mitos es posible".

"No por saltarte una comida vas a adelgazar más".

"No existe un peso ideal, sí un peso saludable".

Es necesario también beber abundantes líquidos.


"Una buena alimentación comienza en el supermercado"


Se planificará lo que debemos comprar. Realizaremos una lista de alimentos. En un bloc iremos anotando los alimentos o ingredientes que se vayan acabando. Es aconsejable elaborar un menú semanal equilibrado y acudir al supermercado sin hambre. Se conseguirá, de esta manera, un carro saludable y económico.

Una lista de la compra variada incluye todos los grupos de alimentos básicos:
  • Pan, arroz, pastas, patatas y cereales. Este grupo de alimentos aportan fibra, minerales y vitaminas del grupo B y energía saludable.
  • Frutas y hortalizas. Excelente fuente de vitaminas, minerales y fibra.
  • Carnes, pescados y lácteos. Alimentos ricos en proteínas, vitaminas y minerales. Se deben seleccionar las carnes con poca grasa. Conviene variar entre pescado azul y blanco.
  • Los lácteos desnatados.
  • Los aceites y grasas deben incluirse en nuestra alimentación en pequeñas cantidades procurando que predomine el aceite de oliva virgen.
  • Los platos precocinados nunca deben consumirse de manera habitual ya que suelen contener más sal y grasas que los mismos productos consumidos frescos.
En ese taller también se trabajó el "etiquetado de alimentos". Al comprar de forma sana, se deben mirar detenidamente las etiquetas. La etiqueta debe llevar toda la información necesaria del alimento. Nos informa de la composición del producto por cada 100 gramos y/o por ración o porción. Nos dice la cantidad de calorías y proteínas que contiene y la cantidad de hidratos de carbono. Elegiremos el producto que menos azúcares y más almidón tenga, ya que este sacia más. Nos fijaremos en las grasas y elegiremos siempre el alimento que tenga menos y sobre todo menos grasas saturadas. La cantidad de fibra que lleven también es importante.


Aprendiendo a cocinar de forma saludable


Al cocinar se procurará conservar y aprovechar al máximo las propiedades nutritivitas de cada alimento.

Con el microondas se consigue una cocina sana. En él no se pierden las propiedades de los alimentos. No excede los 100 grados. 

Con la plancha se consiguen platos sabrosos sin apenas aceite y también se minimizan las pérdidas de nutrientes. 

Asar los alimentos no sólo les proporciona un exquisito sabor, también es una de las formas más saludables de conseguir una comida natural y libre de grasas. 

La barbacoa es una técnica de cocinar muy práctica para reuniones al aire libre. Se retirará la grasa visible de los alimentos antes de colocarlos sobre el fuego de la parrilla, evitando que las piezas de carne se quemen. 

La cocción y el vapor son dos formas de cocinar también muy sanas. Con el papillote los alimentos conservan sus propiedades y se potencia su sabor.


Ejercicio físico: otro pilar fundamental


Otro de los pilares básicos en el tratamiento de la artrosis de rodilla es el ejercicio. Tiene una gran importancia en el autocuidado, pues reduce el dolor, mejora la funcionalidad y protege contra la progresión de la enfermedad.


Todas las participantes aprendieron y practicaron ejercicios específicos para la gonartrosis. Inicialmente, este ejercicio deberá ser supervisado por un fisioterapeuta, para después mantenerlo en casa a lo largo del tiempo.


Son unos ejercicios sencillos, de fácil comprensión, que precisan poco tiempo y que se deben incluir en la rutina diaria. Si se interrumpieran bruscamente, la recuperación es más lenta.
                                         

Tratamiento farmacológico


Se habló del tratamiento farmacológico de la artrosis.

En la Artrosis no hay tratamiento curativo. El tratamiento principal es aliviar el dolor, por lo tanto el tratamiento depende de la intensidad del dolor, de otras enfermedades que se tenga y de otros medicamentos que se tomen.


El medicamento más utilizado en la gonartrosis es el Paracetamol. Si no cede se recomiendan los antiinflamatorios AINES por vía oral y/o de forma tópica. También se pueden prescribir anestésicos y practicar infiltraciones de corticoides.

Seguiremos los consejos de tratamiento pactados con el médico.

Sobre todo NO automedicarse.

¡No dejes que la artrosis limite tu vida!

Y si tienes dudas...¡pregunta a tu enfermera!