miércoles, 17 de junio de 2015

Viaja cuidando tu salud


Por Elena Monteagudo García

El verano ya está a la vuelta de la esquina y con él la playa, la montaña, los mosquitos los chiringuitos, la barbacoa y un largo etcétera; pero para aquellos que hayan decidido dejar las vacaciones tradicionales a un lado y viajar a países exóticos con pintorescos paisajes, visitar lugares fuera de las rutas comerciales o vivir unos días inmersos en otras culturas ya sea por trabajo, o simplemente por diversión, es recomendable no sólo informarse de las vacunas necesarias sino también poner en práctica una serie de medidas o consejos generales para evitar que nuestra estancia sea desafortunada o que nos encontremos con sorpresas a nuestro regreso.

Las enfermeras de tu centro de salud os pueden orientar al respecto a todos los temas relacionados con consejos de viajes y vacunación. No obstante aquí os dejamos algunos consejos que esperamos os puedan resultar muy útiles.


¿Y de qué me vacuno si voy a...?


La primera pregunta que seguramente os surja sea: ¿Y de qué me tengo que vacunar si voy a….?. Pues bien, en todas las grandes ciudades existen centros especializados donde podrás recibir información individualizada respecto a su viaje. Allí no sólo tendrán en cuenta el país de destino, sino también la región a visitar (rural o urbana), la duración del viaje, el motivo del mismo, el tipo de alojamiento o su estado de salud, puesto que las vacunas precisadas pueden variar.

El Ministerio de Sanidad español ofrece la información necesaria sobre la vacunación internacional y las direcciones de algunos centros importantes en el país.

Es importante saber que existen una serie de vacunas que son de carácter obligatorio ya que son exigidas por el Reglamento Internacional, precisando el Certificado Internacional de Vacunación:

  • La vacuna frente a la Fiebre amarilla es obligatoria en aquellos países donde exista el mosquito vector (animales que trasmiten patógenos de un animal o persona a otro) o haya primates que puedan ser hospedadores de la fiebre amarilla, ya que cualquier importación del virus por viajeros que estén infectados podría producir su propagación. Por lo tanto, se solicita a viajeros que provengan de países con riesgo de transmisión de fiebre amarilla y en ocasiones a viajeros que hayan pasado por dichos países, siempre que la estancia supere las 12 horas. Ahora bien, que el país no exija la vacunación no significa que no haya riesgo de contraer la enfermedad. Aquí podéis consultar por países la recomendación u obligatoriedad de la vacunación.

En rojo aparecen aquellos lugares donde es recomendable la vacunación frente a la fiebre amarilla en África.

En rojo los lugares con recomendación de vacunación frente a fiebre amarilla en América.
  • La vacunación frente a la meningitis meningocócica en su forma tetravalente es requerida en Arabia Saudí para todas aquellas personas que visiten La Meca.
  • En algunos países es obligatoria la vacunación frente a la poliomielitis.

En el caso de la malaria o paludismo, como no existe vacuna, actualmente es necesaria la realización de un tratamiento profiláctico, que puede ser prescrito por su médico de Atención Primaria.


Preparando nuestro viaje


Cualquier persona que vaya a viajar a un país en vías de desarrollo debería visitar alguno de los centros anteriormente citados o algún médico, en un periodo previo de 4-8 semanas. Si la intención del viaje es ir a trabajar o la duración del mismo va a ser prolongada, la visita debería realizarse con más antelación.


Debemos tener en cuenta que los bebés y niños pequeños, las mujeres embarazadas, los ancianos, las personas con discapacidad, los inmunodeprimidos o aquellas personas que tienen problemas médicos van a tener mayores riesgos sanitarios.

Como hemos señalado antes, las vacunas no lo son todo, ya que su cobertura no es del 100% o no existen vacunas para determinadas enfermedades, por lo tanto tenemos que poner en práctica una serie de medidas. Pero antes debemos conocer cómo se pueden transmitir las enfermedades a través de:
  • El agua y los alimentos
  • Vectores
  • Animales, lo que llamamos zoonosis
  • Transmisión sexual y sanguínea
  • Aire
  • Suelo

Por lo tanto las medidas a adoptar estarán encaminadas a evitar la transmisión por estos medios.


¿Qué comer y beber?


  • Es fundamental lavarse las manos antes de comer.  Puede que estemos en un lugar donde no haya agua corriente o no sea potable, por lo que una buena opción es llevarnos gel hidroalcohólico del que echar mano cuando lo necesitemos.
  • Las verduras y las frutas deben ser peladas por nosotros y evitar aquellas que puedan tener la piel dañada.
  • Evitar los alimentos crudos (las ensaladas no son recomendables ya que no sabemos en qué estado estaba el agua con la que se lavaron), por lo tanto la mejor opción son los alimentos cocinados completamente.
  • No consumir alimentos que estén a temperatura ambiente como en los mercados, puestos callejeros, buffets, etc
  • No consumir leche no pasteurizada (podemos hervirla previamente), mayonesas o huevos crudos o poco hechos.
  • No tomar zumos naturales, ni helados e intentar abrir los envases por uno mismo.
  • La mejor opción para la bebida es el agua embotellada, las bebidas carbonatadas embotelladas y el té y café con agua hervida. En caso de no disponer de estas medidas podemos potabilizar el agua hirviéndola durante 1-5 minutos, utilizar filtros porosos de ≤ 0,1 μm o utilizar dos gotas de cloro por cada litro de agua.
  • Utilizar agua potable para lavarse los dientes.
  • No utilizar hielo en las bebidas

Todas estas medidas son básicas para evitar la principal complicación que afecta a los turistas, la diarrea del viajero.



Pican, pican los mosquitos...



Muchas de las enfermedades que podemos contraer en este tipo de destino turístico son aquellas transmitidas por mosquitos, moscas, pulgas, garrapatas… Estos animales actúan como vectores transmitiendo la enfermedad de una persona/animal enfermo a otro sano. Por lo tanto para evitar este tipo de transmisión debemos hacer uso de repelentes de insectos.

¿Porqué usar repelentes de insectos?
  • Son especialmente necesarios si vamos a realizar actividades al aire libre y se presentan en múltiples formatos (sprays, barras, cremas, lociones, parches, pulseras o llaveros).
  • Se deben aplicar en zonas de piel expuesta cada 4-8 horas, pero si nos bañamos o sudamos habría que volverlos a aplicar. También se deben aplicar sobre la ropa, para lo que hay algunos específicos.
  • Debemos evitar que entren en contacto con mucosas o heridas, para ello nos las cubriremos.
  • Se pueden utilizar en mujeres embarazadas y niños si no excedemos las dosis. Si el principio activo es el DEET, se debe utilizar en concentraciones inferiores al 30%
  • Si tenemos que aplicarnos protección solar primero nos daremos ésta y a los 20-30 minutos aplicamos el repelente.
  • Al regresar a casa deberemos lavar la piel donde hemos aplicado el repelente con agua y jabón.
  • Evitar la exposición al amanecer y al atardecer que son los momentos de mayor actividad de los mosquitos.
  • Los repelentes más aconsejados son aquellos que contienen DEET al 40% siendo el más activo, IR3535 o Icaridina. Otra opción serían los parches y pulseras de citronella o el aceite de eucalipto, pero estos tienen una duración y eficacia más limitada.
  • Al regresar a casa deberemos lavar la piel donde hemos aplicado el repelente con agua y jabón.

Para más información pulse aquí.


Indumentaria adecuada


Se recomienda la utilización de manga larga, a mayor grosor del material más difícil será que atraviese la ropa y los colores deben ser claros y poco llamativos. Es adecuado la aplicación de repelentes también en la ropa, siendo eficaces más tiempo que sobre la piel. Entre ellos tenemos las Permetrina o el Etofenprox.


Uso de mosquiteras


Son el mejor método para la protección nocturna, siempre y cuando nos cercioremos de que no están rotas. Las más efectivas son las que están recubiertas de insecticida y el tamaño de la malla es inferior a 1,5 mm.

Se deben introducir los extremos de la mosquitera por debajo del colchón y comprobar que no hay ningún mosquito dentro de ella. Además existen mosquiteras especiales para cunas.


Uso de aerosoles y difusores eléctricos


Se recomienda que se utilicen conjuntamente con otros mecanismos de protección, ya que su efecto es rápido pero de corta duración. Como los difusores tardan unos minutos  en iniciar su acción, es conveniente utilizar primero el spray.

Además de estas medidas podemos colocar mosquiteras en puertas y ventanas y si disponemos de aire acondicionado en la habitación no será necesario la utilización de otro medio, ya que no resisten las bajas temperaturas.


Protección contra los animales


Las medidas principales son evitar el contacto con animales, con sus fluidos, tejidos o excrementos, prestando especial atención a los niños. En caso de arañazo, mordedura o lesión acudir al centro sanitario más cercano. Y consumir solo alimentos animales que estén correctamente higienizados o cocinados.

Es recomendable revisar los zapatos y la ropa cada mañana antes de ponérsela.



Sexo, drogas y rock and roll...


En caso de mantener relaciones sexuales durante las vacaciones en el extranjero, se debe procurar tomar las máximas medidas de seguridad e higiene, para ello el método más adecuado es el preservativo.

Se debe evitar compartir objetos corto-punzantes como cuchillas o maquinillas de afeitar, al igual que cepillos de dientes, etc.


Los viajeros que tengan que seguir un tratamiento con inyectables deberán llevar agujas suficientes y la prescripción médica correspondiente.

Además se deberán evitar las peleas.


¿Al agua patos?


Si visitas uno de esos paraísos de aguas cristalinas donde el bañarte te tienta más que una cerveza fresquita en una tarde de verano, ten en cuenta que en las regiones tropicales el agua dulce puede estar infestada con larvas que penetran la piel o el agua puede estar contaminada con restos de excrementos pudiendo producir infecciones.

Con respecto a los baños en el mar es aconsejable informarse previamente de los animales que nos podemos encontrar y que pueden causarnos complicaciones tales como las medusas, crustáceos, peces, etc. Por lo tanto los lugares más seguros para bañarnos son las piscinas cloradas aunque no sean tan atractivas.


Botiquín para primeros auxilios


Es recomendable llevar en nuestra maleta un pequeño botiquín que cuente con los siguientes elementos básicos, teniendo en cuenta que si lo llevamos como equipaje de mano puede acarrearnos algunos problemas si no van acompañados de la correspondiente receta médica:

  • Medicación básica: analgésicos y antitérmicos (Paracetamol), antihistamínicos, antidiarreicos, antibióticos (Amoxicilina + Clavulánico) y antiinflamatorios tópicos como la Hidrocortisona.
  • Material de curas: gasas, antiséptico, apósitos
  • Protección solar
  • Termómetro
  • En caso de que el viajero sea un paciente crónico llevará su medicación con el informe médico (si está traducido al inglés mejor).
  • Siempre es recomendable viajar con un seguro médico.


Bebé y mamá a bordo


La OMS desaconseja viajar con los niños menores de un año. Los niños en general son mucho más sensibles a las radiaciones solares, más susceptibles de contraer infecciones y se deshidratan con mayor facilidad.

El embarazo no es ninguna contraindicación para viajar. Algunas aerolíneas solicitan un informe de la matrona o el ginecólogo indicando la fecha esperada de parto, por ello es más útil consultar la política de la propia compañía.

Durante el embarazo el riesgo de tromboembolismo es mayor por lo que tendrán que tener especial cuidado en los viajes largos o en aquellos que no sea posible la movilidad frecuente.

Se deberá evitar los viajes a zonas endémicas de paludismo, hepatitis E y a alturas por encima de los 3000 metros.


Condiciones medioambientales


A la hora de planear nuestro viaje tenemos que saber qué características climáticas y ambientales tiene nuestro lugar de destino.

  • Si se encuentra a una altitud elevada, la presión será menor, disminuyendo la concentración de oxígeno en sangre, por lo que nuestro cuerpo necesitará unos días para adaptarse. En casos de personas con angina inestable, anemia falciforme, EPOC grave o hipertensión pulmonar estaría contraindicado el viajar a estas altitudes.
  • Si el clima es muy húmedo o las temperaturas son elevadas el riesgo de deshidratación es mayor por lo que es fundamental la ingesta abundante de líquidos.
  • Determinadas zonas del planeta tienen una mayor incisión de las radiaciones ultravioletas, siendo aún más importante la  protección solar.


De regreso a casa...


Tendremos que tener en cuenta que algunas enfermedades no se manifiestan hasta pasado algún tiempo, por lo que si presentasen algún síntoma extraño deberán acudir a su médico e informarle que han estado de viaje recientemente.


Después de todas estas recomendaciones solo me queda desearos un buen viaje y si queréis ampliar información lo podéis hacer en las páginas que indico a continuación:

Ministerio de sanidad: http://www.msssi.gob.es
Mapas de riesgo de la OMS: http://www.who.int/ith/en/
Recomendaciones al viajero: http://www.fitfortravel.nhs.uk/home.aspx


Y recuerda que si tienes dudas sobre como prepararte para tu viaje ¡tu enfermera de Familia y Comunitaria es quién mejor te podrá ayudar!




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